Se me erizó la piel. Sabía lo que él quería realmente.Tragando saliva, asentí. "D-De acuerdo...", acepté a regañadientes, aunque no tenía elección. Si alguna vez me pedía que nos viéramos en privado, tenía que ir, sin preguntas. "Ahora mismo voy".Por el rabillo del ojo, vi a Xaden observar atentamente el desarrollo del encuentro.Padre me hizo un gesto enérgico con la cabeza y se marchó a su despacho.Fue entonces cuando Xaden se acercó a mí, decidido. "¿Qué quería?", preguntó, mirando con apasionado rencor la figura de mi padre que se retiraba. "Sea lo que sea, no puede ser bueno".No me cabía la menor duda. Sin embargo, la mirada de mi padre no dejaba lugar al debate."Quiere hablar conmigo", admití. Y cuando abrió la boca para interrumpir, me apresuré a añadir: “A solas”.Xaden sacudió la cabeza con fervor. "Me niego", dijo, a bocajarro, y yo miré nerviosa en dirección al despacho. "No dejaré que nos separe después de todo lo que ha permitido que ocurra. Ha demostrado que
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