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26 chapters
Capítulo 21. Bajo la luna.
Llego la noche y como ya era costumbre Emilia esperaba ansiosa la hora de ver a Dante en el jardín, Dante había planeado meticulosamente un plan para verse aunque este ya no estuviera en el castillo.Hizo un hueco por debajo de los muros, lo suficientemente estrecho como para poder entrar y salir, cayendo de forma directa al laberinto del jardín.El padre de Dante piensa que su hijo está haciendo un trabajo de pinturas en una mansión cerca del castillo, esa mentira fue la excusa perfecta para que Dante se pudiera quedar más tiempo cerca de Emilia.Mientras que Héctor se regresó a su casa en el campo, Dante alquilo una habitación en una cabaña de turistas cerca del castillo, así poder ver a Emilia cada noche, como lo planearon.Emilia corrió hasta el jardín, observando a su amado (un poco cubierto de tierra), abrazándolo sin importarle nada más, ambos se dieron un beso, el más cálido bajo la luz de la luna.—Pensé que no vendrías, ya que no se quedan en el castillo—Yo jamás te dejaría
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Capítulo 22. Confesiones
Teresa se mantenía vigilando los movimientos de Henry, el cual cada día estaba más hundido en el alcohol y las drogas, logrando estar en la cama durmiendo por casi un día entero.Camila se encargaba de revisar en la oficina de Henry para chequear que ese sobre rojo siguiera sellado, cuando de la nada siente que alguien cierra la puerta de la oficina de un solo portazo.— ¿Qué haces en mi oficina?Camila se endereza rápidamente sin poder cerrar el cajón que estaba revisando.—Su majestad… No es lo que parece.— ¿Ah no? — se acerca a ella y ojea el cajón. — ¿no estas revisando mis cosas?Camila niega con la cabeza, al mismo tiempo que sus ojos comienzan a ponerse vidriosos, sabe perfectamente que acaba de cometer un error.—Déjame adivinar…— se le paro en frente— ¿mi madre te mando a espiarme?Camila niega de nuevo. Henry la toma por el cuello, afincándola de la pared, apretando todos sus dedos, logrando que se le dificulte respirar.—Odio las mentiras incluso más que a las escorias esc
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Capítulo 23. Yo soy la reina.
Dante la mira fijamente, sintiendo nervios por lo que dirá.Emilia le indica que tome asiento.—Emi, me estas asustando ¿Qué sucede? — insiste algo ansioso.—Bueno, no es algo fácil de decir con palabras.—Solo dilas…—Yo no puedo salir del castillo porque no soy solo una sirviente como te hice creer, soy…— Hace una pausa algo larga, junta sus manos y juega con sus dedos, pensando cómo decir lo que está a punto de decir.— ¿Eres…?— insiste.—Soy la esposa de Henry Castian— suelta de una vez, sin hacer contacto visual con Dante.Este se queda perplejo, asombrado y abre su boca sin poder decir palabra alguna.Emilia toma el valor para mirarlo.—No te lo quise contar porque no quería involucrarte demasiado en mi vida de mierda y Henry es un hombre muy peligroso así que…— comenzó a respirar agitada, pero Dante se levantó y la tomo por los hombros.—Lo sospeché— susurra— haciendo que Emilia respire más lento.— ¿Qué?—Tus marcas en los tobillos, no son de una simple sirvienta… Supe que alg
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Capítulo 24. Una confesión inesperada.
Perspectiva de EmiliaCorro con todas mis fuerzas, mi pecho esta acelerado, siento que algo zumba en mis oídos y estoy por desmayarme, pero no debo flaquear, no ahora, no después de todo lo que hicimos. Este es un punto sin retorno.Si no logro escapar de aquí Henry va a matarme.Todos estos meses, que parecen años, de abusos, torturas y golpes habrán sido en vano si no logro escapar.Cuando estoy por salir del corredor me tropiezo con una persona, ambas caímos al suelo, pero me levanto con rapidez; la adrenalina esta al tope. Me sorprendo cuando veo que es la reina.— ¿Usted? — le cuestiono, manteniendo la distancia.— ¿Emilia? — Me pregunta, algo confundida— ¿Sigues viva?¿Viva? Esta señora siempre supo la clase de hijo que tiene, no puedo creer que me imagino todo este tiempo muerta…— ¿Lo sabias? — le pregunté, dejando a un lado el miedo y acercándome con odio.—Soy su madre, por supuesto que lo sé…— dice con desanimo.—Y aun así no hizo nada para evitarlo— refute, por supuesto qu
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Capítulo 25. Un adiós.
Susan se encontraba en la habitación con Henry, cuando se acercó lo suficiente para tomar la pistola que este traía en su cintura, este se giró de forma rápida y le tomo el pie para que cayera al suelo.— ¡Eres una maldita escoria! —exclamo Henry mientras se colocaba encima de ella.— ¡Suéltame! ¡Enfermo!— ¿Cómo te atreves a ponerte en mi contra si gracias a mi tu familia tiene que comer? Eres una malagradecida— la tomó por el cuello y le hizo presión— ¿y sabes lo que le pasa a las malagradecidas?Susan lucho con todas sus fuerzas para quitárselo de encima, pero el peso de Henry contrarrestaba todo esfuerzo que aplica Susan para deshacerse de él.Henry apretaba con tal fuerza su garganta, que podía sentir como la sangre hervía en sus venas, Susan miraba despavorida el rostro vengativo y diabólico de Henry, que se relamía los labios al ver como agonizaba.Susan tenía esperanzas de que Emilia cumpliera su promesa de regresar a salvarla, pero también deseaba que Emilia se hubiese escapa
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Capítulo 26. Estocada final.
Perspectiva de Emilia.Estoy corriendo, o mejor dicho, dando tras pies para poder lograrlo, con el corazón destrozado, sintiendo esa punzada en la garganta que te obliga de forma inconsciente a doblarte un poco para respirar bien.Dar cada paso se hacía difícil, pero ahí estaba dante, dándome la mano con fuerza, haciéndome saber que está ahí, que él no se iría.Ambos logramos correr hasta fuera del castillo, rodeando el laberinto y a punto de irnos por el mismo lugar estrecho que había cavado días antes Dante.No podamos escapar por la entrada principal del castillo, muchos guardias ya estaban ahí, Henry les ordenó detenernos.Cuando Dante me pidió entrar primero por el hueco en el muro, escuchamos como un grito estruendoso que me hizo erizar la piel gritaba mi nombre.— ¡EMILIA! — grito Henry, caminando como una bestia salvaje, su mirada fija en mí, ya no me daba miedo, ahora le tengo un sentimiento más fuerte; odio. — ¿A dónde creen que van?—No des un paso más— amenazo Dante.Henry
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