Nuestras vidas se definen por las oportunidades, incluso las que perdemosΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩLiam:Me levantó temprano por la mañana, con la sensación de que este día sería importante. Me duche rápidamente, me vestí con un traje elegante y me prepare un café y unas tostadas. No tenía mucho apetito, pero sabía que necesitaba algo de energía para enfrentarme a la jornada laboral.Sali de mi apartamento y me dirigió a mi coche, un modelo deportivo y lujoso que reflejaba mi éxito profesional. Me montó en el asiento del conductor y encendí el motor, sintiendo la potencia bajo mis manos. Conduje por las calles de la ciudad, evitando el tráfico y los semáforos. Mi mente estaba enfocada en mi trabajo, en los proyectos que tenía que supervisar y en los clientes que tenía que atender. No me gustaba perder el tiempo ni distraerme con cosas triviales.Llegue a mi destino, un edificio moderno y de cristal que albergaba la sede de la empresa para la que trabajo, una de las más prestigiosas del sector

Mucho tiempo atrás, antes de que me capturaran y me torturaran, antes de que escapara y encontrara a mi luna, antes de que fuera el alfa de mi manada, yo era solo un cachorro. Un cachorro curioso y travieso, que le gustaba explorar el bosque y jugar con sus hermanos. Tenía tres hermanos, dos machos y una hembra. Éramos los hijos del alfa, los herederos de la manada. Nuestros padres nos querían mucho, y nos enseñaban todo lo que debíamos saber para ser buenos lobos. Nos enseñaban a cazar, a rastrear, a luchar, a comunicarnos, a respetar las leyes de la naturaleza. Nos enseñaban a ser leales, a ser valientes, a ser nobles. Nos enseñaban a amar.Pero yo tenía algo que mis hermanos no tenían. Yo tenía un don, un don especial. Podía controlar los elementos, podía manipular el fuego, el agua, el aire y la tierra. No sabía cómo ni por qué, solo sabía que podía hacerlo. Era algo que me salía natural, algo que me hacía sentir vivo. Me gustaba jugar con los elementos, crear formas y figuras con

No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felicesΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩCristal:Los primeros rayos de luz entraron por la ventana, despertándome. Abrí levemente un ojo y después vi completamente. Noté que Liam aún dormía. Hoy era día de descanso para él, así que me levanté estirándome mientras iba al baño a hacer mis necesidades. Luego me bañé y al terminar me puse ropa cómoda. Me puse un short blanco, una camiseta azul y unas zapatillas negras. Me amarré el cabello en una coleta y salí a la cocina a preparar el desayuno.El desayuno era sencillo pero rico. Hice unos waffles con sirope, unas salchichas con salsa, unos muffins con chispas y unas tazas de leche. Coloqué todo en una bandeja y lo llevé al comedor. Puse la bandeja sobre la mesa y fui a despertar a Liam.Entré a la habitación y lo vi durmiendo plácidamente. Era tan guapo y tierno. Me acerqué a él y le di un beso en la nariz. Él abrió los ojos y me sonrió.—Buenos días, mi dulce Cris. ¿Qué hora es? —me preguntó con

Todos quieren la paz, y para asegurarla, fabrican más armas que nuncaΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩCristal:Termino el capítulo 14 del libro y bostezo mientras me levanto de la cama. Abro la puerta y bajo las escaleras con cuidado. Entro a la cocina y lleno un vaso de agua. La tomo hasta la mitad y luego voy al sofá. Miro a Liam durmiendo en este. Me acerco y veo marcas en su cuello.(¿puede que se haya acostado con Zorah?) —Suspiro y siento un nudo en la garganta.Cuando estoy a punto de alejarme, siento que Liam toma mi mano y me atrae a él. Lo cual yo solo lo empujo y lo miro con decepción.—¿Qué haces aquí? —me pregunta con voz ronca.—¿Qué hago yo? ¿Qué haces tú? —replico con sarcasmo.—No seas así, Cris. Ven, acuéstate conmigo.—No, gracias. Ya veo que no te faltan compañías.—¿De qué hablas?—No te hagas el tonto, Liam. ¿Qué hay de esas marcas en tu cuello?Liam se toca el cuello y se sonroja. Intenta disimular, pero es demasiado tarde.—No es lo que piensas, Cristal. Yo...—¿No es lo que

Contigo, cada día es una nueva página en nuestro cuento de hadas.ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩCristal:Voy manejando por las calles, tratando de no llamar la atención. Mi amiga va a mi lado, mirando el mapa que Deimos nos dio. Él nos dijo que nos esperaba en una cabaña, en medio del bosque. Un lugar seguro, donde podríamos escondernos de mi padre y sus secuaces. No sé qué pensar, qué sentir, qué hacer. Pero tampoco tengo otra opción. Así que sigo sus instrucciones, esperando que no sea una trampa.Llegamos a una calle rocosa, pero con árboles grandes. El sol cada vez se oculta más, dejando el cielo teñido de rojo y naranja. Me parqueo cerca de una cabaña, que parece abandonada. Es de madera, con un techo de paja y una chimenea. Tiene una pequeña ventana y una puerta de metal. No parece muy acogedora, pero tampoco muy peligrosa. Salgo del carro y luego le abro la puerta a mi amiga. Obviamente, mi herida cada vez palpitaba más. Pero no iba a dejar que una simple herida me dominara así de fácil. En