Eres la razón por la cual creo en los finales felices

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Cristal:

En la penumbra del atardecer, mi teléfono retumba, y una voz distorsionada pero familiar del otro lado revela la pesadilla: <"Tengo a tu madre">. La adrenalina se apodera en mí, quien, con el corazón latiendo fuertemente, decido actuar. Rápidamente, junto a mi amiga, nos lanzamos a toda velocidad por las calles hacia la dirección proporcionada, cada intersección aumentando la ansiedad. La angustia se mezcla con la urgencia mientras el reloj avanza inexorablemente, y la esperanza de salvar a mi madre se convierte en el motor que impulsa cada giro y cada acelerón en el viaje hacia lo desconocido.

Cuando por fin llegamos a un callejón, me quedo sin aliento al ver el escenario. Es un lugar oscuro y sucio, lleno de basura y grafitis. El olor a podredumbre y orines me invade las fosas nasales. Al fondo, hay una puerta metálica con un letrero que dice "No entrar". Detrás de esa puerta, supongo, está mi madre.

Sal