¿Cómo podía estar Daniel aquí? Aunque había cambiado de ropa, su rostro era muy reconocible, apuesto y distinguido; Irene lo identificó al instante.Al principio, pensó que podría ser alguien que se le parecía, pero cuando Daniel la miró y sonrió levemente, se dio cuenta de que realmente era él.Por la mañana, los soldados debían hacer un recorrido de cinco kilómetros con peso. Dado que el personal médico acababa de llegar, solo tenían que correr tres kilómetros sin peso. Irene, siendo la más alta entre las chicas, corría al final del grupo. Pronto, alguien se le unió.—Irene. —la llamó Daniel.Aunque Irene solía hacer ejercicio, correr en una fría mañana de invierno era bastante duro. Ajustó su respiración y preguntó:—¿Qué haces aquí?—Corre primero, más tarde te busco. —dijo Daniel.Irene asintió. Para los soldados, correr cinco kilómetros con peso no era un desafío en absoluto; lo completaron sin esfuerzo. En contraste, el equipo médico terminó exhausto, jadeando y tambaleándose, l
Leer más