Mariana, Mariana, ¿qué te ha pasado? Eres la hija más querida de los Ortiz, ¿cómo llegaste a estar esta situación?Las lágrimas que recorrían sus mejillas se deslizaban hasta su barbilla y descendían lentamente por sus muslos. Mariana ya no tenía más fuerzas para secarse las lágrimas, así que decidió dejar que fluyeran sin mostrar el mínimo esfuerzo.De pronto, recordó algo que había leído:[Si una relación no te trae felicidad alguna, es porque nunca debió existir.]Aunque no quisiera admitirlo, su decisión de casarse con Mateo, a pesar de las advertencias de su abuelo y sus tíos, fue un gran error. Un terrible error. De repente, escuchó el sonido de la cerradura de la puerta girar por un momento. La puerta se abrió, y Mateo guardó un ungüento blanco en su bolsillo antes de entrar...Al verlo, Mariana sintió repugnancia de inmediato. No quería mirarlo, así que desvió un poco la vista hacia la ventana.Pero Mateo, como si supiera todo lo que estaba pensando, se acercó apresurado a la
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