Isabela abrió la boca fingiendo dar un mordisco, masticando solo aire:—Vaya, pero ¡qué dulce está!Luego alzó a Mateo en brazos y se marchó.No se dio cuenta de que Matías estaba parado detrás de ella desde hacía un rato, y al oír a Mateo llamarla "mamá", su mirada se ensombreció rápidamente. Solo cuando Catalina lo llamó, él se volteó.Catalina, tomada de su brazo, notó que miraba fijamente hacia un punto y, curiosa, también miró, pero al no ver nada inusual, dijo:—Max ya llegó, vámonos.Ambos caminaron del brazo, como una pareja de enamorados.Isabela llevó a Mateo donde Luciana, encontrándola sentada en una silla, absorta en sus pensamientos.Isabela la sacudió suavemente:—¿Qué es lo que pasa? ¿Ya salieron los resultados de Mateito?Luciana la miró, luego a Mateo, y de repente comenzó a llorar.Isabela, comprendiendo la gravedad de la situación, tomó el informe de las manos de Luciana y leyó "leucemia".—No puede ser... esto de veras debe ser un sueño...Luciana la abrazó, lloran
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