20. LA RESACA DE ISABELLA
Siento una sed intensa y un desagradable sabor de boca. Parece que anoche me excedí con las copas, pero en mi defensa, no creo que las cosas puedan empeorar más, ¿o sí? Abro los ojos lentamente, tratando de protegerme de la intensa luminosidad del lugar, que se percibe incluso con los ojos cerrados.Siento un peso en mi cintura y no necesito mucho para que el nombre de Alexander llegue a mi mente. Reconozco su brazo, así que necesito averiguar qué pasó anoche. Para mi sorpresa, mi ropa está intacta, al igual que la suya. No estoy segura si eso es bueno o malo. Aunque anoche estábamos muy acaramelados, también sé que el licor me había desinhibido. Tenía la esperanza de poder recriminarle por aprovecharse de mí en mi estado, decir que faltó a su palabra y tener una excusa para armar un escándalo y tratar de salir de aquí.Excusa, esa es la palabra clave. ¿Por qué necesito una excusa? ¿Estoy buscando una excusa para quedarme o para irme? No estoy segura, pero sé que no puedo irme por var
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