Al salir de la casa de Myriam, Ada no deja de pensar en lo que le dijo su amiga, sin embargo, ruega a Dios que haya otra manera de darle el heredero al señor Grey. Para ella no es facil tener sexo con un hombre por el cual no tiene sentimientos de amor, y tampoco quiero ser forzada a hacerlo, pero ya firmó y debe cumplir aunque buscará la forma en que eso no pase. Mientras que Myriam está emocionada por irse de su casa, siente que también es una oportunidad para ella porque sus padres son demasiados estrictos y como no hace lo que ellos digan la han hecho a un lado. Por eso se refugia tanto en Ada porque la ve como una hermana, esa que nunca tuvo. Cuando llegan al apartamento, Ada lo detalla con normalidad, a pesar de que posee una gran fortuna debido a la herencia que debe proclamar, ha estado rodeada de lujos desde niña, así que para ella es algo normal, aunque lo único que llamó su atención, es la vista maravillosa del balcón. —¡Amo este lugar!— exclama Myriam dejando sus m
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