Todos los capítulos de UN SECRETO IMPERDONABLE: el hijo oculto del CEO: Capítulo 121 - Capítulo 123
123 chapters
Mujer prohibida: 28. Un beso hechizante y... un trágico accidente
Llamó a la única persona que podía ayudarlo en ese momento. Su madre.— Cariño, tranquilízate. Dices que no has logrado bajarla con nada, ¿verdad?— No, probé con paños húmedos y ya hice que tomara una pastilla, pero sigue igual.— ¿Está consciente?— No, a veces murmura, pero es todo.— De acuerdo, escúchame bien. Prepara la tina con agua y asegúrate de tenerla allí por el tiempo que sea necesario. La fiebre debería comenzar a ceder mientras para la lluvia. Luego la llevarás al hospital en el peor de los casos.Cristóbal exhaló, y colgó instantes después, haciendo exactamente lo que le pidió su madre. Llevó a Mía a la habitación y la recostó en la cama mientras preparaba la tina.Después de algunos minutos, se metió con ella al agua. La pegó a su pecho, mientras frotaba con esperanza sus brazos y su cuello.— Vamos, mi amor, tienes que ponerte bien, tienes que hacerlo.No supo por cuanto tiempo estuvo allí, así, con ella, protegiéndola y cuidándola, pero no salió hasta que Mía comenzó
Leer más
Mujer prohibida: 29. Los derechos de Mía
Ocurrió demasiado rápido.Mía solo alcanzó a escuchar la bocina de un auto aproximándose y cerró los ojos con fuerza, protegiendo a su bebé, antes de recibir el impacto… pero este nunca llegó, y su cuerpo fue impulsado hacia atrás con tanta rapidez que no le dio tiempo reaccionar a lo que estaba ocurriendo.La vista borrosa, el pulso acelerado y la respiración entrecortada. Personas aglomerándose. Algunas ayudando a levantarla y otras…— ¡Una ambulancia! ¡Alguien, llame a una ambulancia!¿Ambulancia? ¡No! ¿Por qué? Ella estaba bien. Ella…Comenzó a buscar entre la gente a Cristóbal. Zafándose de los brazos que intentaban retenerla para evitar que se acercara a la escena a unos pasos de ella.— Suéltenme, suéltenme… — pidió, aturdida —. ¿Cristóbal? — se hizo paso entre la gente. Todos murmuraban. Otros llamaban a la ambulancia. Empujó cuerpos hasta llegar a mitad de la calle. Un cuerpo tendido. Sangre. Sus ojos se abrieron y afloraron las lágrimas. No, no, no — ¡Cristóbal! ¡Cristóbal! —
Leer más
Epílogo: Familia y amor infinito
Mía entró a la habitación con el alma en un hilo, y al verlo, su pulso se detuvo. Estaba conectado a las máquinas y a un tubo para respirar. No pudo evitar que nuevas lágrimas asaltaran sus ojos.Se llevó una mano a la boca para contener un jadeo y otra a su vientre, mientras se acercaba con pasos quedos.Verlo así la destrozó por completo.Tomó su mano con demasiado cuidado, como si él fuese de cristal, y se sentó a su lado.— Ah, Cristóbal — resolló, sin saber qué decir. Lo amaba y adoraba tanto. Era insoportable verlo en ese estado. Tan frío, tan… tranquilo. Él no era así —. Tus padres están aquí, ¿sabes? Todos lo están. Tu madre está muy preocupada, pero mantiene las esperanzas. Es tan fuerte. Ya veo de dónde lo heredaste. Todos quieren verte recuperarte. Y yo… yo necesito que lo hagas, Cris, por favor, te necesito. Tu hijo te necesita. Los dos lo hacemos. No quiero una vida sin ti, ya no. Fui una tonta al creer que podía, pero no, no puedo. Te amo tanto. Por favor, lucha, por noso
Leer más