Morgan Luego de chequear las patrullas de vigilancia y de que instaurar una ley donde todos tendrían que defenderse y entrenar, no fue sorpresa descubrir de que nuestras arcas estaban vacías, estábamos en deuda con otras manadas, teníamos contratos que no habíamos cumplido, habíamos sido demandados por otras manadas, no había suficiente alimento para pasar el invierno, no sé cómo lo hacían mis padres, lo más seguro es que esperaban que mi venta hacia el alfa Magnus, los podría haber ayudado, pero todo se fue al traste. Por lo tanto, teníamos que ingeniarnos y hacer algo de forma inmediata.Busqué dentro de la manada a todas las hembras jóvenes o solteras, las cité a al salon de audiencias de mis padres, ya que era grande, una vez que llegaron todas, algunas muy nerviosas, otras de manera curiosa, les conté mi idea. Lo cual fue muy bien recibida, así es que salieron más que rápido a cumplir sus deberes.Luego me reuní con los ancianos, los más antiguos y a ellos le encomendé la tarea
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