De pronto Daren la soltó y se quedó mirándola a los ojos.—Gracias por existir, gracias por Draco, y por ese cachorro que se está gastando dentro de ti. —Gracias por entenderme y por no atarme a ti en contra de mi voluntad.—He sido muy egoísta, pero ya no más, serás libre para elegir, pero no perderé las esperanzas de que regreses a mí, si decides hacerlo, te estaré esperando.—Solo necesito estar sola y tener paz, que mi corazón se restaure; también necesito que me perdones por todo.—No tienes que pedirme perdón por nada, soy yo el que debo pedir que me perdones, necesito que lo hagas, no para que regreses conmigo, es que realmente lo lamento, lamento tanto haber sido ese chico que te hizo daño —Daren resopló descargado en peso de su pecho, después le dijo: —Creo que ya es hora, hazlo, di esas palabras que te darán la libertad. Aurora intentó retener el llanto, pero sus labios comenzaron a temblar, entonces se apartó un poco de él, retrocedió varios pasos y miró a Sortileya, la
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