Daren se había encerrado en el aposento, estaba afligido, Aurora no lo había notado, pero a él le estaba afectando realmente su rechazo.

Entró a la habitación y cerró la puerta, se quitó la capa y la dejó caer al suelo, la aflicción que sentía por dentro se hizo evidente, de pronto la piel de su rostro oscureció, se tornó en un color grisáceo, la belleza y apariencia delicada de su cara desapareció. Su corazón se aceleró como si estuviera en una carrera, Daren miró sus brazos y se percató de que él vello de su lobo había vestido sus brazos. La criatura quería salir. Sintió un mareo y desaliento en sus piernas.

—Me siento realmente mal, el rechazo de mi mate se está haciendo realmente insoportable para mí, estoy desesperado, no quiero perderla.

De pronto cayó al suelo, su cuerpo se desplomó, no pudo sostenerse más porque perdió sus fuerzas.

Daren no se presentó una reunión que tenía en la tarde, tampoco bajó a almorzar al comedor del palacio, el chambelán decidió cerciorarse de que é