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Todos los capítulos de Vuelve a mí, mi luna: Capítulo 81 - Capítulo 90
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Capítulo 81: Muerte
No entendía lo que quiso decirme, pero, es eso lo que menos importa al ver que ella se ha desmayado, por eso, dejo de lado mi enojo y la tomo en mis brazos, mientras llamo al doctor para saber que sucede con ella.Mis hombres, traen de regreso al doctor que la revisa por un largo tiempo en el que solo aumenta mi angustia porque no tengo la más remota idea sobre lo que me dirá. Por eso, camino de un lado al otro en la habitación deseando que su demora sea para darme buenas noticias.— Dime de una vez por todas que es lo que sucede con Elise, si sigues haciéndome esperar, perderás tu vida.— Su pulso esta extraño. Lo mejor es que pida ayuda para saber qué es lo que pasa con la señora Perasi. — dice el doctor.— Dígale, señor Elise, me molesta mucho que menciones el apellido del inútil de Nate. — digo cruzándome de brazos.Mark, toca la puert
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Capítulo 82: Saber su molestia
No entiendo que es lo que está sucediendo exactamente, pero, soy consciente que debo usar todo lo posible para que esta felicidad perduré por más tiempo. Porque si ella muere así, entonces, esos desgraciados habrán ganado, porque nos separarían otra vez.— No tienes idea de lo que tienes en tus manos, así que, concéntrate en atender a mi esposa e hijo, si no quieres conocer el infierno antes de morir. — le digo al doctor que tiembla.— Señor…— No me importa si tienes que buscar una bruja, el pelo de una rana o el huevo de un pez, quiero resultados y no todo el proceso que conlleva ello. — le digo con seriedad.— Déjeme trabajar entonces, ahora su esposa me necesita. — dice el doctor y yo lo libero de mi agarre, observando atentamente todo lo que puede pasar.Con todo lo que hizo Nate a su propio padre, es lógico que debo tomar todas
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Capítulo 83: Preguntar algo importante
Tenía claro cuan rígida es Elise cuando se trata con seguir las normas, pero, seguramente lo que hizo que se marchara fue el impacto de esa revelación y que conmigo fuera con quien se ha casado.‘Que bien hice al adelantar todas las cosas para estar casados.’ Me digo mentalmente.— Entonces, ¿Qué piensas hacer, Elise? ¿Vas actuar teniendo los pensamientos de tu vida pasada o actuarás tomando en cuenta solamente las cosas de tu vida actual?— ¿Vida pasada? ¿En una clave? — pregunta alguien y yo me giro hacia uno de los lobos que atendió a mi esposa.— Pueden marcharse. — digo con frialdad.Todos se marchan de inmediato y yo miro a Elise dudando por varios minutos. Por eso, yo miro fijamente a la mujer que he amado en dos vidas, mientras planeo que responderé de acuerdo con lo que me diga.— Cuando era una diosa, era importante para
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Capítulo 84: Pedir protección
Narra EliseMi mente es un completo conflicto, tanto los recuerdos de mi vida pasada como todos los problemas a los que me he enfrentado, me impiden saber que hacer. Porque lo que en el pasado fue fácil hacer, ahora es tan complicado que no soy capaz de tener una idea clara de lo que debería o no hacer.Por eso, alejo todos los pensamientos que en el pasado tuve y me concentro en lo que es correcto de hacer no por lo que me enseñaron, si no, por lo que mi corazón me dicta a hacer en esta situación.Sin embargo, aunque este tiene una idea clara de lo que debería o no aceptar, saber con quién me estoy involucrando hace que dude sobre lo que voy a decir, ya que, sé cómo termina todo.— Quiero tener el bebé. — digo y me decepciono por no ver en Reymond una sola emoción que muestre cuan feliz puede ser él.— Bien, tendrás todo lo que necesites sin que nece
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Capítulo 85: Terrorífico
Lo tengo claro, esto si lo tengo perfectamente claro, yo necesito recibir toda la protección posible, porque Nate no es alguien fácil de tratar y si se atrevió a asesinar a su propio padre, no quiero imaginar todo lo que sería capaz de hacerme.Así que, aunque sé que no debo estar con Reymond, no puedo solo pensar en lo que los demás necesitan si no, en mi bebé. Porque mi prioridad ahora es mi bebé y yo y no el castigo impuesto por haberme relacionado con alguien prohibido.— No necesitas pedírmelo, voy a protegerlos. — dice Reymond con evidente determinación.— Nuestra relación es una causa perdida, así que, no hablemos de eso, pero, si debemos concentrarnos en el bebé.— Bien, me alegra que hables de causas perdidas, porque son esas almas de las que me hago cargo en el inframundo. Por lo que, no me daré por vencido con nuestra causa p
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Capítulo 86: Meditar sobre ello
Narra ReymondLa alegría al saber que ella ha aceptado tener un hijo conmigo, hace que sea imposible para mí mantenerme quieto, por eso, después de horas entrenando mi cuerpo, me marcho de casa para acabar con la vida de alguien, ya que, para eso me pagaron.El hombre, un simple beta, me dio muchas complicaciones para acabar con él, pero, eso no es algo que me molesta, ya que, fue útil para liberar toda mi energía y así, estar calmado cuando me encuentre con Elise. Esa fue mi idea principal: liberar toda emoción fuerte, acabando con la vida de aquel beta y regresar rápido a casa para saber cómo está mi esposa e hijo, pero, cuando entro a la casa, con lo primero que me encuentro es a Elise tan pálida como su vestido.De inmediato, intento caminar hacia ella para que me reconozca y no piense que soy el inútil de Nate o alguien más que quiera hacerle daño.
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Capítulo 87: Discutir con ella
Sin saber cómo tratar a mi esposa embarazada, camino hacia la casa después de estar completamente limpio. Usando solamente mi ropa interior, camino hacia la casa pensando en todo lo que debo hablar con ella.Mientras camino, los primeros rayos de sol aparecen iluminando mi camino, entonces, miro a mi alrededor y la encuentro a ella. su mirada está centrada en el cielo mientras ella se estira, pero, la mía está concentrada en la mujer que hace que mi corazón se acelere y por momentos, desee ser tan puro como ella para que nadie se interponga en nuestra relación.Mi vista se enfoca en como su cabello se mueve con la suave brisa, esparciendo sus hormonas y feromonas que entran directamente en mi nariz, debilitando mi voluntad. La mujer que anteriormente había visto tan pálida, ahora tiene sus mejillas ruborizadas y sus labios de un rojo que me incita a ser tentado.— Que día tan maravilloso. &mda
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Capítulo 88: Usarme
Miro a la mujer por la que podría perder la cabeza y jamás me atrevería a subestimarla, porque aun siendo omega, se enfrenta a mí con tanta determinación que puedo ver un rastro de su aura firme que tanto me gusta.— Reymond, estamos hablando en serio. Concéntrate.— Yo también estoy hablando en serio. Además, no entiendo porque debería concentrarme si solo estoy mirando a mi esposa… a mi luna, porque eso eres. — digo sonriente y ella suspira profundo.— No puedo creer que menciones eso justo ahora.— ¿Por qué? ¿Qué pasa?— No estoy acostumbrada a ser parte de una manada y ahora me llega información a la que solo podría tener acceso el líder alfa o su luna.— Eso confirma que la diosa luna ha aceptado nuestra unión, Elise. Estamos destinados. — digo y ella suspira profundo.Est
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Capítulo 89: Estar condenada
Narra EliseLa perversión que he visto en mi vida como omega, no se compara con la que sus ojos me muestran. Durante todo este tiempo, me he encontrado con terribles parejas que han querido usarme a su antojo de tantas formas que es sorprendente que aun pueda creer en el amor.Pero, Reymond supera a todos esos hombres, porque aquellos quisieron usarme y desecharme, en cambio él quiere mantenerme con él para que vea de todo lo que es él capaz y eso, lo hace más retorcido.— Debes estar bromeando. — digo con preocupación.— Mira mis ojos Elise y dime si realmente te miento. — dice él con la misma mirada llena de odio con la que veía a su hermano y sobrino.Reymond es una maldición de la que no se puede escapar, porque en un mundo donde hay tantos países y en cada uno hay tantas manadas, yo vine a encontrarme con él. Justo cuando mi vida era angustiante, apareci
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Capítulo 90: Negociar
Su lengua se desliza en mi boca, solo para hacer más profundo el beso, hasta que finalmente libera mi boca del deleite de su boca, solo para descender lentamente por mi cuello, dejando un rastro de besos que excita tanto mi cuerpo, que me aferro a él, para que su calor me ayude a sentirme mejor.— No te atrevas a hacerlo, Reymond o te odiaré. Así que, vete. Aun puedes hacerlo, vete. — digo y él me sonríe.— Me tienes inmóvil, Elise. Tus piernas están entrelazadas en mi cintura y tus brazos me abrazan impidiendo que pueda moverme mucho, esposa. Así que, ¿Cómo quieres que me vaya, si estás más pegada a mí que los tentáculos de un pulpo?— No lo puedo evitar y eso es tu maldita culpa.— Oh, mi linda omega está maldiciendo… me gusta. — digo complacido.— Esto no está bien.— Entonces, &
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