Todos los capítulos de Enamorada del esposo paralítico de mi hermana: Capítulo 91 - Capítulo 100
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¡Eres muy entrometida!
Capítulo 91 ¡Eres muy entrometida! — ¿Qué haces aquí, Rafael? ¿Me estás siguiendo?, le preguntó mirándolo con sospecha. —No es así. Quería hablar con Melissa. Cuando llegué a la dirección donde vive, ella iba saliendo. La seguí hasta aquí, esperé un rato y vi que llegabas. Escuché algo de su conversación. — ¿Escuchaste lo que dijo? — ¿Lo del chantaje? Era imposible no hacerlo, lo dijo en voz alta. — ¡Por favor, siéntate!, mientras decía esa frase, Samantha le señalaba la silla. — ¡Gracias! Rafael tomó la silla y se sentó dispuesto a convencerla de sus buenas intenciones… —Escucha, yo no quiero hacerle daño a nadie, mucho menos a la niña, pero como comprenderás, no puedo regresarme a mi país, así como si nada. No puedo desentenderme de esa pequeña que puede ser mi hija. Merezco saber, si es o no mi hija, más bien necesito saberlo para seguir viviendo. ¡Me gustaría que me ayudaras con Matteo D Ángelo!, la miró suplicante. —Le dijiste a Matteo que si era tu hija, la querías contig
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¡Ponte en mi lugar!
Capítulo 92 ¡Ponte en mi lugar! Matteo entró al despacho con Samantha a su lado y allí vio a Rafael Salomón. Éste caminaba de un lado al otro. Parecía nervioso. Era quizás un nerviosismo parecido al que aquejaba a Matteo. En cuanto vio a Matteo fue hasta él para estrechar su mano. Matteo aceptó con desgano estrecharle su mano. A este hombre lo veía como su enemigo. Nadie lo convencería de lo contrario. Trataría esto como el convenio más delicado e importante de su vida. La pregunta que se hacía Matteo era ¿Cómo enfrentarlo sin perder el control? Este hombre quería arrebatarle lo más preciado que él tenía: su hija. Ella había sido el motivo por el que sacrificó su libertad y soportó a esa mujer durante tanto tiempo. Por lo cual era crucial mantener la calma. Las emociones fuertes podrían nublar su buen juicio. Respiro profundamente, decidido evitar caer en provocaciones. Se enfocaría en lo que era lo mejor para Carina. Rafael Salomón comenzó a hablar primero: —Matteo, quiero rei
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¿Aún me odias?
Capítulo 93 ¿Aún me odias? La discusión continuaba en el pasillo de la sala donde se hizo la prueba de paternidad. —Samantha, ¿Puedes decirme que tú misma no estás siendo egoísta? Estás pensando solo en la felicidad de Matteo. Ya escogiste un bando y sin importar qué, siempre me verás como el villano. —No es cosa de escoger un bando o estar de parte de uno o del otro, aquí lo único importante es Carina, su bienestar físico y mental. ¿Piensas que la niña estará bien diciéndole que los primeros cinco años de su vida han sido una mentira? —Samantha contuvo el aliento, casi se ahoga con las palabras. —No estoy exigiendo que me entreguen a la niña, ni que le digan ahora mismo que es mi hija, sino que cooperemos, para que ella se acostumbre a mí y a mi familia. Quiero compartir con ella, que me conozca y aprenda a quererme. Más adelante, cuando tenga la capacidad de entender, ustedes me ayudarán a decirle que soy su padre. Siento que merezco experimentar mi paternidad. —Lo sé, Matteo fu
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¿No te importa el bienestar de la niña?
Capítulo 94 ¿No te importa el bienestar de la niña?Rafael, llego al apartamento de Melissa. Al estar frente a la puerta golpeo con insistencia la misma. Su rostro reflejaba una mezcla de ira, rencor y confusión. Al ver que Melissa le abría la puerta, Rafael cruzó el umbral y la enfrentó.Se preguntaba cómo podía esa mujer tener un rostro tan tranquilo y feliz, después del desastre que había hecho con la vida de Matteo, Carina y él mismo.— ¡De verdad que no entiendo! ¿Cómo puedes existir una persona así como tú? ¿Te ves tan tranquila después de todo lo que has hecho? ¡Eres un ser tan despreciable! Es que no le tienes miedo al castigo de Dios! —gritaba, fuera de sí, completamente alterado.Melissa, sin inmutarse, lo miró fijamente. — ¿No sé a qué te refieres? —Preguntó con fingida inocencia, mientras jugueteaba con su pulsera.Rafael, enfurecido, se acercó a ella. — ¿Te parece poco? Me escondiste a mi hija. La hiciste pasar como hija de otro. Lo engañaste también a él para casarte con
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¡Yo no soy un regalo para ninguna mujer!
Capítulo 95 ¡Yo no soy un regalo para ninguna mujer!Desde temprano en la mañana, Samantha decidió cocinar y Matteo, en cuanto lo supo, la miró enojado.— ¿Cocinas para él? ¡En serio! ¿No te das cuenta de lo que él significa para mí? Ella sonrió al escuchar sus palabras y puso su mano en sus hombros. Ambos murmuraban ya que una de las cocineras entraba y salía de la cocina.— Solo soy realista. Él estará en nuestras vidas durante mucho tiempo. ¡No lo convirtamos en nuestro enemigo! No ganamos nada con enfadarnos, le dijo en voz baja.— No estoy enfadado, solo… no sé cómo manejar esto, replicó.— Debes enfrentar la realidad. ¡Debemos esforzarnos! Nos corresponde ser amables con él, de esa manera tu hija crecerá en un ambiente agradable y no en un ring de boxeo. Esto apenas ha comenzado y depende de nosotros hacer que la vida de Carina sea lo más placentera posible. Me gustaría que crezca en un hogar armonioso. Escucha… Carina es tu hija, sus años juntos han desarrollado un lazo indestr
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Es complicado
Capítulo 96 Es complicadoAl ver salir a Matteo, Samantha no pudo contener las lágrimas. Lo entendía perfectamente, él estaba tenso, eran muchas cosas sobre su espalda.Ella también se había levantado así. Estaba muy nerviosa, por eso había decidido cocinar, eso la relajaba. . Frunció el ceño con preocupación. Esta primera comida juntos sería una gran prueba para Rafael y Matteo.Creía conocer bien a Matteo, y era muy celoso. Él veía a Rafael como un adversario, que le quitaría a su querida hija, su único aliciente en todos estos años. Así que tenía que servir de árbitro, para que todo saliera bien.Mientras, Matteo se mantuvo detrás de la puerta de la cocina. Le dolía la pelea con Samantha. En verdad se levantó agresivo. No lo podía evitar, eran muchas cosas. Lo de la niña, el lío con Andrea y Sebastiano, y Melissa. — ¿Qué podía hacer?Matteo sintió un gran pesar en su corazón. Volvió a la cocina. Samantha seguía cortando vegetales. Aunque… más parecía que los trituraba.—Sami…, la l
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¡No quiero verla! ¡No me obligues!
Capítulo 97 ¡No quiero verla!, ¡No me obligues!— ¿Qué haces aquí Melissa?, le gritó Matteo, lleno de rabia.—Por supuesto que vengo a ver a mi hija. ¿Sabes desde cuando no la veo? ¡Sigo siendo su madre! Así que aquí está un representante de un tribunal de menores junto a mí con una orden judicial, reclamando mis derechos.Todos dejaron de comer. Carina abrazó a Samantha y colocó su cabeza en su hombro. La niña no podía olvidar la última vez que vio a Melissa. La niña, aterrorizada por la presencia de su madre y confundida por la situación, se aferraba a Samantha llorando desconsoladamente— ¡Muéstrame la orden!, ordenó MatteoMatteo la revisó y efectivamente estaba firmada y sellada por un tribunal. La orden incluso ordenaba la presentación de ambos padres para llegar un acuerdo, mientras se llevaba a cabo el divorcio.— ¿Sabe usted que ella cedió la custodia? ¿Y el divorcio está en proceso?—Lo sabemos, pero hasta tanto no se determine por el tribunal, la señora sigue siendo la madr
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¡Nadie me apartará del lado de mi hija!
Capítulo 98 ¡Nadie me apartará del lado de mi hija! Melissa apretaba los labios con rabia, hacía mucho rato que esperaba que Samantha viniera con la niña. ¿Cómo había llegado a esto? ¡Esta casa era suya! Todo lo que había allí le pertenecía. ¿Cómo se le escapó de las manos? —Ya lo ve, Señor, eso es lo que hacen siempre alejan a mi hija de mí. ¡Cómo pueden hacerle eso a una madre! ¡Mire lo que tuve que hacer para verla! — ¡Melissa! ¡Podríamos hablar en mi despacho!, le pidió Matteo. — ¿Sobre qué? ¡Hablemos aquí mismo! — ¡Vamos un momento a mi despacho! — ¡Estoy esperando a que venga mi hija! Matteo no siguió insistiendo más—Creo que habíamos llegado a un acuerdo Incluso cediste la custodia —Hablamos antes de los derechos de visita y tú no has cumplido —Los dos sabemos que lo que menos te importa es ver a Carina, de lo contrario hubieras estado a su lado en todo este tiempo. — ¿Me castigas? ¿Me sigues castigando por buscar mi superación personal? — ¡No seguiré discutiendo la m
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¡Mi papá es bueno!
Capítulo 99 ¡Mi papá es bueno!Rafael llevó del brazo a Melissa hacia la salida de la mansión, a pesar de su resistencia y sus gritos no se detuvieron hasta que llegaron a la puerta de salida de la mansión.Rafael estaba harto de bailar al son de Melissa y aguantar sus ínfulas de superioridad. Ella pretendía manejarlos a todos, inclusive a Carina, su propia hija, sin importarle cuánto la hacía sufrir.Melissa se resistió a su agarre, pero la fuerza con la que él la agarraba le hizo imposible soltarse.— ¡Suéltame! ¡Déjame en paz!— ¡Qué quieres para dejar en paz a esa niña! Es obvio que ella no te necesita— ¡Es mi hija!— ¡No seas hipócrita! Eso no basta, como yo lo entiendo el amor hay que ganárselo. Lárgate y te daré dinero suficiente para vivir, de lo contrario iniciaré un proceso para que te pudras en la cárcel por estafadora.— ¿Te volviste loco? ¿Estafadora? ¡Yo no te he estafado nada!, protesto.—Me negaste el derecho de estar al lado de mi hija todo este tiempo. Creaste una f
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¡Soy un hombre libre!
Capítulo 100 ¡Soy un hombre libre! Melissa estaba junto a una de las ventanas de su apartamento, pero no contemplaba la vista, sino que tecleaba furiosamente en el teléfono. Aun así, la luz que entraba hacía juegos de luz y sombras con sus facciones descompuestas, realzando sus rasgos. Había sido notificada por los abogados de Matteo que el proceso de divorcio había finalizado, y solo faltaba que se diera por notificada. Matteo y ella estaban separados oficialmente. Acababa de caer en cuenta de lo que esto significaba. Antes, a pesar de la tensión producida, nunca había analizado lo que esto significaba. Todavía recordaba con furia que estuvo en la mansión de Matteo, Carina y él solo miraban a Samantha para todo, ellos se mantenían cercanos, unidos. Parecía que ahora sus vidas se centraban en ella y eran la verdadera familia. Ya la habían excluido, esa traidora ocupaba su lugar. Incluso el estúpido de Rafael Salomón, también la defendía. No era tonta. El arreglo económico por el
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