Samantha. Llego al territorio de Lincoln y me percato de que las únicos lobos que hay en las calles son centinelas no se mira ni hembras ni cachorros por ningún lado supongo que les ha dicho que permanezcan en sus casas sabía muy bien que iba a venir por Liam, este lugar no ha cambiado en lo absoluto muchos recuerdos amargos invaden mi mente desde las burlas que me hacían hasta las miradas con desprecio que recibí sólo por haber nacido omega, alejo todos esos pensamientos de mi mente debo de mantenerme concentrada en lo importante, llego a la casa principal de la manada no tengo que buscar mucho a Liam ya que está parado en la puerta principal junto con el estúpido de Lincoln, maldito infeliz debí haberlo matado desde un principio, detengo la casa rodante pero no apago el motor, Lincoln abraza a Liam por los hombros y me saluda con una mano un fuerte gruñido sale de mi pecho al ver como posa sus asquerosas manos sobre él se las voy arrancar, miro de reojo qué la sorpresa qué les prep
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