Miranda se encierra en su oficina, con el corazón acelerado.—No podrá escapar, la policía ya viene en camino. — Dice el hombre tras la puerta, sabe que le cae mal a todos sus guardaespaldas, porque ha sido especialmente gruñona con ellos.—Dios mío sálvame. — Suplica temblorosa y ve hacia la ventana, hay una salida de emergencia en el otro balcón, ¡pero está en el piso veinte del edificio!—Ella sale solo con su cartera, temblando como una hoja, por un momento se le resbala un pie, por el vértigo y los nervios.— ¡Contrólate debes vivir!— Se dice a si misma infundiéndose valor.—Tiene que saltar para llegar al balcón es solo metro y medio, antes lo podía hacer con los ojos cerrados pero sus piernas ahora mismo no son la misma.—Es ahora o nunca. — Suelta y salta, cuando llega la balcón ve un montón de gente ayudando a Miranda a través del cristal, se encoge para esconderse.El Corazón se la acelera a tal punto que cree que se le va a escapar por la boca— Baja las escaleras lo más ráp
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