Julianne lo miró, comprendió y recordó la actitud de aquel Galeno que secó el sudor de su frente, y apretó su mano.—¡Sergio te llamó! Jordán yo. El estaba muy enfermo, tuvo una recaída ese día.—Talvez hizo escribir a alguien, pero ese día murieron todas mis esperanzas.Julianne se levantó y casi junto a ella Jórdan.—Esto es un error.—No, no lo es, no te estoy reprochando, solo que ese día entendí que dejaste de amarme, y me fui. Luego empecé a visitar a mi hija a escondidas de ti.Julianne lo miró fijamente, y le dijo algo que el no se esperó.—Perdóname, perdóname por favor, te hice daño, sin imaginar que era yo la que moría cada segundo lejos de tí. Te amo Jórdan, te amo y nunca dejé de hacerlo, viviste en mi todo ese tiempo, al igual que tú quise olvidarme de ti, pero simplemente te escondí en mi corazón, ya no quiero estar lejos de tí jamás.—No tengo nada que perdonarte mi vida, vamos a dejar ese pasado doloroso atrás y desde esta noche empecemos de nuevo.—No, no lo acepto.
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