CHRISTIAN VALENCIAEstaba desesperado, agónico, era un maldito adicto sufriendo por todos esos días que no pudo probar ni una gota de su veneno. Mi cuerpo ardía, estaba enloquecido y haciendo uso de mi poca fuerza de voluntad para no ser tosco con ella, pero no podía, la necesitaba, tenía hambre, tenía sed y solo su cuerpo podía consolarme.Mi boca devoró la suya hasta arrancarle el aliento, cuando noté que jadeaba desesperada por algo de aire, le di tregua lamiendo su suave cuello, haciendo que su cuerpo se retorciera de esa manera que me enloquecía.Estaba perdiendo la cabeza.Sus suaves y delgados dedos recorrieron mis hombros, bajando por mi pecho y siguiendo por mi abdomen. Sus muslos obedientes se abrieron para recibirme y sus bragas estaban empapadas, gritándome que estaba lista para recibirme dentro de ella, aun así, tanteé con mis dedos, bu
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