CAPÍTULO 70: LA RESISTENCIA DE MI CORAZÓNGaiaSiento que la respiración está a punto de abandonar mi cuerpo. Corro lo más rápido que puedo y me encierro en mi habitación. Acto seguido me deslizo contra la puerta y dejo que las lágrimas empañen mis ojos hasta ya no ver nada más que todo borroso. Esto duele, duele más de lo que podía imaginar. Pensé que seis meses era tiempo suficiente para sentir solo odio por él, pero tenerlo en frente, tocar su piel aunque fuese para amenazarlo volvió a destrozar mi corazón, y el dolor del vínculo roto se intensificó en mi pecho.“Gaia, no sé cuánto más podamos soportarlo”, dice Tala con el mismo tono melancólico que tengo.—Lo sé, pero tú sabes lo que nos hizo, no puedo perdonarlo, no puedo darle más oportunidades. No te preocupes Tala, cuando recuperemos a nuestro hijo acabaré con esto, lo mataré y entonces el dolor acabará.“Gaia… no podrás hacerlo”.—Claro que sí, mi odio es más grande que cualquier vínculo, él ya no es mi Mate, y si es necesar
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