Todos los capítulos de Wolfsong 2: Vientos del Caos.: Capítulo 51 - Capítulo 60
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Capítulo 49: Amara y Aníketos.
Justo cuando Anna volvió a abrir los ojos, Damon soltó un gruñido, pues el hermoso color gris que usualmente acompañaba a Anna había sido sustituido por el brillante color plateado que solía pertenecer a Amara, lo que le indicó que la loba, había tomado el control.―Es suficiente papá ―dijo Amara con firmeza a la vez que intentaba librarse del agarre del loboAnte el cambio de actitud, Aníketos gruñó, y es que, no solo la actitud de la joven había cambiado, si no que, también, su aroma se había hecho mucho más fuerte.Al notar que tal aroma pertenecía a Amara, Bingen dejó de gruñir y retrocedió un par de pasos al igual que Nerón, mientras que, Emmet, volvía a su forma humana y centraba su atención en Amara.―Papá, bájame ahora mismo ―ordenó la loba con una voz tan serena, que, incluso Baltazar, retrocedió un par de pasos ―No te lo estoy preguntando ―gruñó Amara cuando su padre lo hizo ―Bájame de inmediato ―ordenó la loba con los ojos clavados en su padreDe mala gana y de manera brusc
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Capítulo 50: Resaca.
Al escuchar la suave y amable voz de Alastor, Anna finalmente liberó todas sus emociones, lo cual, terminó por romperla, por lo que la joven alfa se deshizo en llanto al sentirse segura en los brazos de su padre.―Papá, tenía mucho miedo ―gimoteó la joven ―No quería que lastimaras a nadie ――Lo sé mi pequeña, lo sé ―susurró Alastor acariciando su espalda en un intento por reconfortarla―Pero… Tampoco quería que te lastimaran a ti… ―sollozó Anna aferrándose fuertemente al cuerpo de su padreAl escuchar las palabras de su hija, Alastor se aferró más fuerte a ella, pues, para él, que ella se preocupara por él en aquel estado de descontrol, significaba mucho.―Perdóname por asustarte mi pequeña, yo… No pude controlarlo… ―susurró Alastor permitiendo que un par de lágrimas rodaran por sus mejillas ―Te agradezco que te hayas preocupado por mí, pero, por favor, jamás vuelvas a hacer algo tan temerario, no tienes idea del miedo que tenía de hacerte daño ―Al notar que, por fin, Alastor tenía p
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Capítulo 51: Las sospechas de Emmet.
Ante la pregunta de su amigo y protector, Alastor soltó un suspiro.―Aníketos reconoció a Anna desde el principio ―dijo girándose hacia Basil―Pero… Pensé que en ese estado de descontrol Aníketos no reconocía a nadie, ni aliados ni enemigos ――No lo hace…―― ¿Entonces? ―preguntó Basil confundido―No quiere decírmelo…―dijo Alastor cerrando los ojos antes de inspirar profundamenteTras haber recuperado el control, él había estado intentando hablar con su lobo, sin embargo, Aníketos parecía demasiado avergonzado y no quería hablar con él al grado de bloquear la comunicación entre ambos.Ante tal actitud, a Alastor no le quedaba más que intentar recordar todo por su cuenta.Hasta ese momento, no sentía que faltara nadie de la manada, por lo que la sangre en sus manos dejó de preocuparle, sobre todo, al recordar que Anna había conseguido sacarle a Aníketos que aquella sangre pertenecía a un ciervo.―Necesito limpiarme esto, acompáñame a los baños ―le pidió Alastor a Basil a la vez que le m
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Capítulo 52: Estará en buenas manos.
Al notar vergüenza en la voz de lobo, Neilan dirigió su mirada a su alfa.Alastor, o más bien, Aníketos, no se atrevía a mirarlo, si no que sus ojos estaban clavados en el suelo, más específicamente, en sus zapatos.―Tú… ¿Los reconociste? ―preguntó Neilan con algo de duda―Sí, yo… Aún no perdía el control ―gruñó el lobo ―Sí bien ya había suprimido la esencia de Alastor, aún podía reconocer a mi gente… ―masculló sin levantar la mirada ―Nerón… ¿Alastor está molesto? ― preguntó cruzando los brazos y sin levantar la miradaAl ver a su alfa en tal estado, Neilan tuvo que apretar los labios para no reírse.Del lobo feroz y despiadado que conocía y que se había hecho presente otra vez, ya no quedaba nada, en su lugar, ahora tenía frente a él a un cachorro asustado, temeroso del castigo que le impondrían sus padres tras haberlo descubierto haciendo una travesura.―No, pero quiere hablar contigo Aníketos, está preocupado por ti ―dijo Neilan con sinceridad― Deberías dejar de bloquearlo ――Vale…
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Capítulo 53: El discurso del alfa.
Tras compartir una sonrisa cómplice, Anna y Dante dirigieron su atención hacia Alastor, quien, tras asentir, se dio media vuelta y comenzó a subir los pequeños escalones.“Alastor…” ―gruñó Aníketos, algo que lo hizo detenerse― “Lo lamento, no sé que me pasó” ―gruñó el lobo con un tono de voz algo apagado y notablemente cansado“No uses ese tono conmigo” ―gruñó Alastor― “Tú no eres ningún cachorro, no tienes que perder la cabeza por tonterías, además, no tienes nada que probar, eres el alfa de esta manada”“Querrás decir que somos el alfa de esta manada” ―gruñó Aníketos“Creo que, el que lo olvidó, fuiste tú… Aníketos… ¿Herramientas? ¿En serio? ¿De verdad crees que te veo así después de todo lo que has hecho por mí?”“Yo… No, no lo creo…”“¿Entonces?” ―preguntó Alastor― ¿Papá? ―llamó Anna a Alastor, lo que puso fin a la discusión con su lobo“Lo hablaremos después, pero, por favor Aníketos, siempre hemos sido un buen equipo, te pido que no lo olvides, no ahora que es cuando más te nec
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Capítulo 54: Alfa suplente.
A diferencia de cuando Alastor subió al escenario, esta vez el silencio no se hizo en el lugar, si no que, con cada paso que Dante daba, los murmullos de sorpresa y alegría, no se hicieron esperar.Como era de esperarse, la gente parecía entusiasmada de que, el compañero de su futura alfa hubiese resultado ser el propio Dante Benedetti, el futuro alfa de la manada Luna Azul, una manada, que prácticamente era hermana de Loto de Luna.Al llegar al centro del escenario, Dante entrelazó sus dedos con los de Anna, quien, gracias a su vínculo, pudo percibir que su compañero estaba sumamente nervioso, sin embargo, al clavar sus ojos en su rostro, se sorprendió que, de esos nervios, no había reflejo alguno, mas bien, su rostro se mostraba impasible.―Algunos de ustedes ya habían especulado de su relación el año anterior, gracias a que, el joven alfa, había sido muy poco discreto con el asunto a los ojos de los demás, exceptuando a los de mi pequeña ―― ¡Oye! ―se quejó Anna, lo que provocó ris
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Capítulo 55: Cicatriz.
―Eso es perfecto ―intervino Iva, quien lo había alcanzado a escuchar ―Pero primero, considero que deberías ir a casa y darte un buen baño querido, apestas a sangre y a animal muerto ――Es verdad Alastor, tómalo con calma ―coincidió Basil, quien se acercó a ellos seguidos de Egan ―Laisha y Enzo aún no han llegado, tienes tiempo de sobra ――Sé que tienen razón y que debería hacerles caso ―dijo Alastor bajando los pequeños escalones del escenario ―Sin embargo, la verdad es que preferiría quitarme esta inquietud primero, si bien Laisha no ha llegado, Emmet nos dijo que ya tenía una idea, ¿verdad? ―le preguntó a su beta, quien asintió―Si me permiten ―intervino Dante ―Si no recuerdo mal, Gael tiene una ducha en el sótano de la boticaria, el alfa podría ducharse ahí y yo podría prestarle algo de ropa, ya que mi equipaje está en el auto de la Luna Iva ―― ¿Lo ven? El chico sabe mediar, cada vez estoy más convencido de que mi gente estará en buenas manos―Vale… Que remedio ―dijo Iva con resig
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Capítulo 56: Vivió para contarlo.
Al ver a su padre salir del estadio, Anna guardó silencio.Al parecer, su padre y Neilan habían compartido una broma antes de abandonar el recinto, pues cuando comenzaron a andar hacia ellos, Anna pudo ver el fantasma de una sonrisa en su rostro antes de que esta se desvaneciera por completo.Al notar lo sucedido, Neilan se colocó frente a su padre, y como en muchas ocasiones, el beta comenzó a regañarlo, sin embargo, esta vez lo hacía en voz baja, por lo que, pese a su audición, ella no fue capaz de escucharlos.Neilan era un hombre sabio y había aprovechado perfectamente el ruido a su alrededor para ocultar sus palabras.Ver a su padre actuar como Ares lo hacía cuando Iva lo regañaba, la hizo entender un poco más la situación, y aunque no conocía los detalles, sabía de lo que estaban hablando, pues, ante ese tema, su padre siempre terminaba sometiéndose ante su beta, pues según las palabras de Gino, Aníketos sentía un profundo respeto por Neilan.Y no era para menos, según lo que Gi
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Capítulo 57: La tercer hermana.
Ante la pregunta de su compañero, Anna suspiró e intentó erguirse nuevamente, sin embargo, el dolor en sus costillas se lo impidió.“Estoy… Mejor, comienzo a sentir a Amara nuevamente…”“¿Te había bloqueado?”“Eso creo, ella jamás lo había hecho así que no sé cómo se siente”“Ella nunca había luchado por tener el control, ¿cierto?”“No, Gael dice que Amara y yo tenemos una armonía casi perfecta, pero siempre me alecciona y me pide que no me confíe, ya ves, Aníketos y mi papá también suelen tenerla…”“Nena… ¿Tú también puedes tomar esa forma?”“Neilan dice que sí, supongo que es algo lógico ¿no?”“Sí… Supongo que sí…”“¿Piensas lo contrario?”“No, es solo que me parece una transformación muy peligrosa, debe de existir una manera en la que ustedes puedan controlar al lobo y no al revés”“Bueno, supongo que entre más se use esa transformación, a la conciencia humana le cuesta menos tiempo despertar” ―dijo Anna“¿En qué te basas cariño?”“En que papá estuvo entrenando en esa forma por más
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Capítulo 58: Maldiciones, pócimas y energías opuestas.
― ¡Gael! ―lo regañó Chloe a la vez que le lanzaba un manojo de hierbas―De la luna, Chloe, de la luna… Hija de la luna ―gruñó Gael antes de agacharse para recoger las hierbas que su hermana menor le había lanzado―Si como no ―gruñó Chloe antes de dirigirse a Laisha ―Hermana, por favor, estás en presencia del alfa, ¿podrías comportarte? ――Vale, perdona Chloe ―le dijo Laisha antes de volver a centrar su atención en Alastor―Además estás en territorio ajeno, demuestra que tienes modales ―gruñó Gael al notar que Chloe le extendía su mano, exigiéndole las hierbas que le había lanzado― ¿Sabes Emmet? Creo que tienes razón ―dijo Laisha ignorando el comentario de Gael, aunque el tic en su ceja les indicaba que moría por responder ―Sin embargo, te has equivocado en una cosa ―dijo alejándose de Alastor para dirigirse a la estantería donde Gael tenía los libros de su madre― ¿En qué? ―preguntó Emmet, quien estaba sentado a en la barra examinando un libro que parecía bastante viejo―No toques es
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