Esa tarde, Bill se ofreció a llevarla a la oficina de correos de la ciudad, la cual era solo un escritorio en la esquina de la tienda general. Su artículo saldría en el tren expreso. Mientras tanto, él podía atender su propio negocio gracias al sistema telegráfico de Spring City. Esto significaba, por supuesto, que se quedaría sola con Thomas y Lily. Para asombro de Katy, disfrutaba sentada con los niños mientras estos jugaban. Había juegos de fantasía, seguidos por el escondite, primero en la casa y luego fuera entre las flores silvestres y los pinos que crecían en abundancia en su propiedad. Lily dijo que era tan bonito como algunos de los Jardines Públicos de Boston donde su madre solía llevarla a jugar. Katy solo deseaba que el suyo volviera a estar como en los tiempos de su madre, con un jardín de flores cultivadas a cada lado de la puerta principal, un huerto en la parte trasera, y rosas rojas y amarillas trepando por toda la casa. Al final de la tarde, cuando Katy oyó que s
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