Hanna, estaba lista y su madre la observaba con mucho orgullo, había decidido no acompañarla porque se sentía débil, ya las quimios estaban comenzando a hacer efecto en su cuerpo y aunque ella quería mantenerse como un roble, no podía luchar contra la corriente.Esa tarde, Hanna llegó muy temprano a casa, quería tener tiempo para alistarse con calma y compartir un rato con su madre, por el trajín del trabajo que traía encima, no había podido compartir tanto con ella como quería. Para su sorpresa ya la esperaban sus hermanos, y estaban cargados de noticias, unas buenas y otras no tanto.Robert ya se había ausentado mucho tiempo de sus empresas y por más que era el jefe y dueño de las mismas, no todo lo podía trabajar remoto, habían cosas que necesitaban su presencia, igual que su esposa quien era su mano derecha y representaba la empresa a nivel corporativo, los niños eran lo de menos porque ellos eran felices visitando a sus tías, a su prima y a su abuelita; pero ya era momento de vol
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