Era claro que por donde miraba, Siena se había ganado enemigos, y que quizás eso solo sería el principio de su infierno personal sin querer ganárselo por voluntad propia.—Asher, no te preocupes por él, se le pasará el enojo. Siena, no te preocupes por Ashly, ella es y fue siempre así. No tomes en serio sus palabras, ¿está bien?— dijo Katherine mientras sujetaba las manos de Siena entre las suyas; por alguna razón, se alegraba de que todo saliera a la perfección y de que las decisiones de su tío y padre que los crió se habían asegurado de poner las cosas en su lugar.—Está bien, no te preocupes por eso. Está dolida, lo comprendo, créeme— respondió Siena, ocultando la molestia que sintió hace segundos. Pero ante los ojos de Asher, nada se escapaba; él podía ver a través de ella. Sin embargo, decidió disimular su preocupación por ello.—Bien, ahora que todos se fueron, explícame ¿por qué decidiste enfrentarte a Samuel?— La pregunta de Asher dejó asombrada a Siena.—Creo que fue el momen
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