Diego se coloca de pie y se queda mirando hacia Alejandro quien apenas se pone nervioso, y se queda mirando como el hombre simplemente lo contempla, como buscando cualquier cosa para decirle que no…-Bien, Don Alejandro, Duque del Infantado, acabas de pedir permiso para cortejar a mi hija así que seré directo y franco ¿Qué le puedes ofrecer?Alejandro apenas mira a Cecilia quien con una sonrisa, le dice que hable – sé que mimos y atenciones tiene con usted, después de todo es miembro de la familia real, ella es princesa, pero yo puedo darle respeto, fidelidad y sobre todo amarla como merece.El sonrojo de Aurora no hace sino aumentar.-Bien, debes saber que no solo estoy yo para cuidar de mi hija, mi hermano su majestad, adora a su sobrina…así que…-Respetaré el hecho de que su majestad me honrara con un compromiso matrimonial, nunca seré como Fernando Córdoba, su majestad, yo respetaré y honraré mi unión con su alteza Doña AuroraLos gemelos apenas se miran, y Alfonso se queda mirand
Leer más