Olivia Aún era de madrugada, y aunque después de hacerlo varias veces en distintas posiciones y lugares cuestionables de la habitación, caí rendida, pero ahora no puedo pegar el ojo. Solo miraba a la puerta de vidrio del balcón que tenía las cortinas medio abiertas, dejándome ver el cielo estrellado. Apenas eran las dos de la mañana, dormí poco más de una hora recostada en el pecho cálido de Enzo, sintiéndome segura. Hoy en la tarde partiríamos a Sicilia, lugar de origen de mi esposo. Ya teníamos que empezar con mi formación en la mafia y lo único triste es que tendría que titularme virtualmente y recibir mi título en negocios administrativos vía correspondencia, no iba a quedarme sin titularme. Además, necesitaba tener mi título en mano para poder sentirme orgullosa de haber cumplido algo sin ayuda de mi padre. Tenía que dar lo mejor de mí ahora, no iba a defraudarme, ni a mí, ni a Enzo.<
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