Capítulo 30DanteHaber visto la efusividad con la que aquel hombre recién llegado había saludado a Vanessa, obviamente no fue de mi agrado en ninguno de los sentidos. Sobre todo cuando él la abrazó y ella se dejó como si nada.El tipo de nombre Maikol tenía aún entre sus brazos a mi mujer y para lograr que se despegaran tuve que hacer un carraspeo falso, uno que obviamente dejó ver la presencia de todos los que observábamos atentamente la situación. Sin embargo, me importa muy poco si se notó en mi comportamiento los celos bien marcados, pero no iba a permitir que nadie viniera a pedalear mi bicicleta porque Vanessa es toda mía.–Hola, disculpen todos mi falta de modales y el no haber saludado a las personas que no conozco desde el inicio. Veo que hay caras nuevas y me pregunto de qué me estoy perdiendo –dijo como si nada.– Hola, hijo, no sabes la alegría que me da que hayas vuelto por fin – dijo Grisel de la nada y se notaba que estaba bastante nerviosa; tal vez ella se está comport
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