La noche en las montañas es muy oscura y, por un momento Soraya, no tienen mucha idea de hacia dónde se dirigen, pero de repente sienten una especie de estática en la piel. El aire se espesa con una fuerza sobrenatural y siente como si algo la estuviera observando desde todas las direcciones.—Estamos aquí —anuncia el alfa Ace.Luces etéreas comienzan a iluminar su camino y, más lejos, envuelto por las sombras, aparece el gremio de brujas, que ocupa toda una ladera montañosa, con edificios pequeños y destartalados, todos construidos sobre terrazas, desde el punto medio hasta la cima. Hay una larga escalera que serpentea por una pendiente irregular hasta cada uno de los edificios más pequeños.La niebla cubre la mitad de la montaña y unas luces etéreas brillan a través de la neblina, lo que le da un aspecto bastante fantasmal. En la oscuridad de la noche, no puede contar cuántos edificios hay ni qué forma tienen. Todo lo que ve son siluetas tenuemente iluminadas, pero incluso así es un
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