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Todos los capítulos de Amor, poder y mafia: Capítulo 51 - Capítulo 60
84 chapters
Capítulo cincuenta y uno - Trampas y engaños
—Me gusta que seas así. La verdad es que hace mucho que no nos vemos. Aunque parecía que no te agradaba la idea de quedar embarazada de Paul, nuevamente —dice y pienso en si es uno de sus cómplices.—Paul está arrestado. Si insistes en molestarme terminarás como él —le aseguro.—Kira, querida —dice y Lisandro entra nuevamente a mi oficina—. Mira el hombro derecho de tu amor. ¿Ves una luz roja?—Lisandro… —digo asustada al notar que un láser lo apunta. Él me mira y me pregunta si las náuseas son muy fuertes.—Si dices una sola palabra lo mato —me amenaza el desconocido.Niego con la cabeza y sonrío falsamente, Lisandro debe pensar que sigo hablando con el dueño de la imprenta. Trato de mostrarme tranquila mientras de reojo veo ese punto dirigirse a la cabeza del hombre que amo.—Haré algo para que podamos vernos, necesito saber si tu bebé será de ayuda esta vez y no tengo mucho tiempo —me dice el hombre al móvil.—No acepto —digo nerviosa.—Kira, así como puse tu vida de cabeza cuando
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Capítulo cincuenta y dos - Misterios y traición
—¿De qué estás hablando? ¿Cómo es posible que desapareciera el cuerpo? —reclamo tratando de no hacer ruido para que Kiara no despierte.Al parecer, la persona que se suicidó después de tratar de secuestrar a Kiara, no tiene huellas digitales. Por lo que es casi imposible saber quién es.—Estamos seguros de que Sergey no se quedará tranquilo. Necesitan regresar de inmediato. Aquí podremos protegerlos mejor —me dice uno de mis cuñados.—Kiara aún debe resolver algunos asuntos. Me quedaré a su lado y la protegeré. Quiero que lo arrinconen, que vuelva a la prisión y si es posible que lo maten —insisto y Aquiles me pide que me cuide.—Tus hermanas enviarán a más empleados para que te ayuden. Son de extrema confianza, por lo que puedes estar tranquilo con respecto a eso —me asegura.—¿Encontraron al resto de los traidores? —pregunto y me cuenta que ya han sido eliminados.—Aun así, creo que hay algo más detrás de todo esto.—Yo también, están tratando de debilitarnos. Aún tengo dudas de cuá
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Capítulo cincuenta y tres - Detrás de la verdad
Llevo a Kiara a la cama, está agotada después de lo que hicimos en el baño. Me preocupa ser demasiado intenso con ella. Nunca me pasó que al estar con una mujer necesitara tanto continuar.Me siento a su lado, sintiendo preocupación por la mujer que tengo frente a mí. Kiara es increíblemente sensual, y su capacidad para despertar mis deseos más profundos es algo que nunca antes había experimentado. Pero también soy consciente de que su embarazo la hace vulnerable, y no puedo permitirme olvidar eso, incluso en los momentos más apasionados.—¿Estás bien? —pregunto con suavidad, acariciando su cabello con ternura mientras observo su rostro cansado.Ella asiente con un débil murmullo, sus ojos cerrándose lentamente mientras se deja llevar por el sueño que la envuelve.—Solo necesito descansar un poco —susurra, su voz apenas un susurro en la tranquilidad de la habitación.Me concentro en el sonido rítmico de su respiración. Me relaja escucharla respirar de ese modo, agitada y agotada. Mien
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Capítulo cincuenta y cuatro - Un poco, solo un poco más
Seis meses pasaron desde la última vez que vi a Lisandro. Aún no puedo creer que esa noche, después de disfrutar de su compañía, todo nuestro mundo se viniera abajo. Sergey cumplió lo que prometió, siete días dijo… Sin embargo, siete días equivalían a siete personas. El primero en caer fue el ex cuñado de Lisandro, Fausto Stephen Son. Él era un gran amigo de Li, y un mercenario que trabajaba para la organización de Los Superiores.Lisandro le había pedido que encontrara a Sergey, lo que al parecer hizo, solo que no se esperaba que la organización de Los Superiores lo estuvieran esperando.Fausto, con la mirada cargada de furia y desesperación, intentó huir cuando se percataron de su presencia. Debía informarle a Lisandro lo que había descubierto. Sin embargo, los empleados de los elegidos, lo interceptaron antes de que pudiera hacerlo, sometiéndolo a golpes.—¡Eres un maldito! —espetó Fausto entre los golpes, su voz cargada de rabia y desafío, mientras en la oscuridad del callejón, la
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Capítulo cincuenta y cinco - El reloj de arena
Fue en el quinto día cuando la tragedia golpeó con toda su fuerza. En un instante, un estruendo ensordecedor sacudió la oficina de los estudios de televisión de la familia González, seguido de una explosión que llenó el lugar de humo y escombros. El caos se apoderó del ambiente, mientras los empleados corrían en todas direcciones, buscando desesperadamente una salida ante la repentina emergencia.Alan González, el cuñado de Lisandro, fue víctima de aquel fatídico accidente. El impacto lo lanzó contra una pared, dejándolo gravemente herido entre los escombros y el humo que llenaba la habitación. Su figura yacía inerte, su rostro contorsionado por el dolor mientras luchaba por mantenerse consciente en medio del caos que lo rodeaba. Los gritos de los heridos y el sonido de las alarmas de incendio llenaban el aire, creando desesperación y angustia.Aunque sobrevivió, sus heridas fueron graves y tuvieron que inducirle el coma para poder tratarlo, ya que era terriblemente doloroso para él.
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Capítulo cincuenta y seis - Secretos y estafas emocionales 
Al parecer, Paul desde siempre había trabajado con Sergey, su padre era conocido de ese maldito, y lo había usado a él para que me vigilara. Paul se enamoró de mí después de un tiempo, pero Lisandro se interpuso. Aunque encontró una oportunidad el día de la fiesta. Él había convencido a Lisandro para que pusieran alcohol en las bebidas, pero en realidad había usado algo más. La bebida que yo tomé, al igual que la de Lisandro, llevaban un potente medicamento que ayudaba a que no recordaras lo vivido el día anterior. Se suponía que Lisandro estaría con la hermana de Paul y yo con él. No obstante, salió mal y Lisandro y yo terminamos juntos y para empeorar los planes de Paul, quedé embarazada de él.Esto resultó ser beneficioso para Sergey, ya que después de que Paula me atropellara fui a parar al hospital donde él trabajaba con un nombre falso, y después de hacerme pruebas de sangre se dio cuenta de que había conseguido lo que deseó tantos años. Para eso debo contarles un poco sobre él
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Capítulo cincuenta y siete - La familia del señor Li
Nunca quise llegar a esto, bañado en sangre, torturando y asesinando personas. Pero ahora que estoy aquí, lo estoy disfrutando y eso me preocupa. ¿Qué pasará cuando encuentre a Kiara?, o peor aún, ¿qué pasará si no la encuentro?Hay una razón por la que no me aceptaron en la academia cuando quise ser un mercenario para pertenecer a los Li. Descubrí la verdad cuando me puse los guantes y empecé a buscar a Kiara entre toda esta basura de los elegidos. Es patético, soy lamentable. Según los registros, soy una persona desequilibrada mentalmente. ¿Cómo es eso posible?, eso me pregunté cuando lo leí. Sin embargo, ahora que estoy aquí, con cinco cuerpos frente a mí, completamente destrozados, me doy cuenta de que no siento remordimiento. Temo que esto no sea reversible, y que finalmente, cuando encuentre a la mujer que amo, ya no pueda volver a estar en paz. Si eso es cierto, deberé abandonar a mi hijo. Así como lo hizo mi padre conmigo. Siempre odié al señor Li por irse y dejarme con Leonel
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Capítulo cincuenta y ocho - La maldad de Sergey no tiene limites
—Pavel, suéltame —digo llena de frustración.—Kira confía en mí. No le harán daño —me asegura él mientras unas personas se llevan a mi hijo.—Suéltame, eres un maldito traidor —reclamo, mientras veo cómo mi pequeño se aleja en manos de desconocidos.—Kira, te vas a hacer daño —suplica, mientras grito y pido que me suelte. Él me abraza, pero yo lo golpeo.—Confié en ti, creí que eras una buena persona —murmuro entre llanto.—No soy una buena persona —me indica sin soltarme—. Aun así, tú eres lo más importante que tengo. No dejaré que te hagan daño.—Tú ya me lo estás haciendo —le reclamo cuando unas enfermeras entran con una jeringa—. ¿Qué van a hacer? Suéltenme, no me toquen.—Es solo para que te tranquilices —me dice él, mientras ellas me colocan algo y pierdo el conocimiento.Fui muy tonta al confiar en mi supuesto hermano. Pavel fue a la isla solo para hacer lo que Sergey le pidió. Fue mi él quien hackeo la computadora central y colocó el virus en la ropa de los hijos de Li, para q
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Capítulo cincuenta y nueve - El final de un amor manipulado
«Otras me amaron más. Sin embargo, a ninguna quise, como a ella»Hace tiempo, pensaba que entendía lo que era amar. Pero ahora me encuentro aquí, parado en este sitio donde alguna vez fui forzado a pensar y sentir, y me doy cuenta de que estaba equivocado. O quizás no lo estaba del todo, solo… manipulado.Otras me amaron más. Sí, eso es lo que solía creer. Mujeres que entregaron su amor con generosidad, que se desvivieron por mí en formas que nunca imaginé. Pero ahora, en esta encrucijada de mi existencia, me enfrento a la verdad incómoda: a ninguna quise, como a ella.¿Qué significa eso? ¿Cómo puedo afirmar que la amo con la misma intensidad que amo el aire que respiro, cuando una duda persistente se aferra a mi mente? ¿Y si mi amor no es más que una ilusión creada por manos ajenas, por mentes maestras que tejieron una red de engaños a mi alrededor?Ella… ella me consume. Su recuerdo se aferra a mis pensamientos como una sombra persistente, y mi corazón late al ritmo de su nombre.
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Capítulo Sesenta - Dolor en la casa Stephen Son
—Papá, ¿tú crees que es necesario hacer esto? —pregunta Hanna al señor George Stephen Son. —Mamá, Hanna tiene razón. Esto es una exageración —reclama Emma, a Julia, mirando su reloj. La familia Stephen Son está recluida en su mansión. Al parecer, está esperando para que les hagan unas pruebas de laboratorio. Después del incidente de la academia se comprobó que Lisandra Li no era hija del señor Li. Al parecer, Sergey jugó con todos desde mucho antes de lo que esperaban. —Chicas, son adultas, no empiecen con esa clase de quejas —reclama Frederick Stephen Son. —Tío, es gracioso que lo digas. Como tu esposa no pertenece a ninguna de las familias de Los superiores, puede estar contigo —reclama Emma. —No se van a morir por no estar con ellos unos días —asegura riéndose Freddy Anze, el hijo adoptivo de uno de los cuatro hermanos Stephen Son. Los cuatro dueños de industrias Stephen, Son, George, Frederick, Andrew y Nick tuvieron que pedirles a sus hijos y nietos que se recluyan con ellos
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