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Todos los capítulos de ALGÚN DÍA SERÁS MI ESPOSA : Capítulo 101 - Capítulo 110
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101: Dulce venganza
La atmósfera en el bar se volvía cada vez más densa, como si el aire estuviera cargado de electricidad. Alice sabía que estaba jugando con fuego, pero la adrenalina la mantenía viva. Su mirada se desvió hacia las rusas, quienes la observaban con interés, listas para ejecutar el plan en cuanto esta diera la señal, algo tan insignificante como un suspiro “deseoso”. Solo eso bastaría para que ellas pudieran ponerse creativas.El barman, atrapado en el hechizo de Alice, asintió con una mezcla de deseo y curiosidad.—Claro, preciosa. Conozco un lugar perfecto. —Dijo mientras le guiñaba un ojo.Alice sintió que su corazón latía con fuerza; cada paso que daba la acercaba más a su venganza. Aunque este hombre solo era una desafortunada marioneta de Damián, era necesario que Alice lo castigara para enviarle un mensaje a su querido primo de que ya era hora de que empezara a tenerle miedo.—¿Qué tal si me cuentas más sobre este lugar mientras vamos? —Sugirió Alice, sin quitarle los ojos de encim
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102: Canta pajarito I
Canta pajaritoAlice observó cómo las rusas aseguraban al barman, su mente maquinando cada posible escenario. Sabía que el tiempo era esencial; Damián no era alguien a quien se pudiera mantener alejado por mucho tiempo y si de alguna forma se enteraba de que tenían a su marioneta, sería capaz de todo con tal de no ser expuesto. Así que, con un gesto firme, indicó a las rusas que se apresuraran.—Vamos, debemos movernos. Si él no habla pronto, puede que tengamos una visita sorpresa de Damián. —Dijo Alice, su voz resonando con determinación.Las tres rusas asintieron y levantaron al barman, llevándolo hacia la camioneta negra que esperaba al final del callejón. El sonido de las bisagras del portaequipaje resonó en la noche oscura mientras lo metían en el interior. Una vez dentro, la líder dio un paso atrás y observó a sus compañeras.—Recuerden, no lo maten. Pero tampoco tengan piedad —Ordenó la líder de las rusas, su mirada fría reflejaba la seriedad de la situación.Con el barman ahor
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103: Canta pajarito II
Canta pajarito II—Lo que les voy a decir puede ser arriesgado, pero es crucial. Damián tiene un punto débil, algo que pocos conocen. Damián tiene esposa y dos gemelas, viven en Argentina, en un pueblo a las afuera de la capital, aunque no las ve desde hace mucho, oí que les envía dinero semanalmente, al parecer, su esposa está muy enferma. Si las traemos podremos extorsionarlo, eso es lo único que lo vuelve vulnerable. —Hizo una pausa, observando las reacciones de Nicholas y Alice. —Si logramos encontrarlas y traerlas en secreto, podríamos darle la vuelta a esta guerra.Nicholas frunció el ceño, procesando la información. Alice, aunque todavía llena de rabia y frustración, comenzó a sentir un gran apoyo por parte del barman. Incluso pensó que podría reclutarlo de alguna forma.—¿Y cómo las encontraremos? Alguien debe ir por ellas. —Preguntó Alice con voz más tranquila, pero aún cargada de determinación. —Quizá yo…—No. Tú no iras a ninguna parte. —Sentenció Nicholas antes de que su hi
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104: No me dejes solo
Alice se sintió como si el suelo se abriera bajo sus pies. La voz de Samuel, llena de preocupación y confusión, la golpeó con fuerza. ¿Cómo podía explicarle al pequeño que su padre estaba ahí, pero no realmente? La lucha interna entre querer proteger a Samuel y la necesidad de ser honesta era abrumadora.—Sami... —Comenzó, tomando una respiración profunda. —Tu papá está... está en el hospital. No puede hablar contigo ahora mismo, pero está bien.El silencio al otro lado de la línea fue pesado. Alice podía imaginar a Samuel frunciendo el ceño, tratando de procesar lo que había dicho.—¿Puedes venir a casa? —Preguntó finalmente, con su voz temblando.—Sí, iré de inmediato. —Respondió la castaña.La preocupación de la castaña seguía acechando en su mente. La idea de enfrentarse al pequeño hijo de su esposo y explicarle lo que estaba sucediendo la llenaba de ansiedad. No quería que Samuel sintiera más miedo del que ya tenía.—Voy a comprar algo de comer y estaré en casa de inmediato, ¿De
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105: Serpientes entre nosotros
—Está bien, seguiremos con el plan... pero no quiero que esto se convierta en un desastre. La última cosa que necesitamos es que alguien descubra lo que estamos haciendo —Dijo él, tratando de mantener la cautela.Jennifer sonrió con confianza y se acercó más a él.—Confía en mí. Todo está bajo control. Solo necesitamos ser astutos y cuidadosos. Además, tengo un plan para mantener a Alice lejos de Dalton mientras tanto.Damián arqueó una ceja, intrigado.—¿Y cuál es ese plan?Jennifer se acomodó nuevamente en el sofá, su mirada brillaba con una mezcla de emoción incomparable.—Es simple, realmente. Necesitamos crear una distracción para Alice. Algo que la mantenga ocupada y alejada de Dalton. —Dijo, jugando con un mechón de su cabello mientras pensaba en los detalles. —He estado hablando con algunas personas que podrían ayudar. Tal vez podríamos organizar una especie de "retiro" para ella, algo que la saque de la ciudad por un tiempo.Damián frunció el ceño, considerando la propuesta.
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106: Gran confusión
Mia frunció el ceño, claramente sorprendida por la pregunta.—No, no tengo idea. Pero ahora que lo mencionas, es un poco extraño, ¿no? —Respondió, cruzándose de brazos. —¿Cómo pudo enterarse tan rápido?Alice se quedó pensativa, recordando lo que había escuchado y visto en esta noche tan reveladora.—Es como si estuviera al tanto de todo lo que sucede a su alrededor, como si tuviera algún tipo de conexión o información privilegiada. No quiero pensar mal de nadie, pero…—Pero tienes tus razones para dudar. —Interrumpió Mia. —Tal vez deberíamos investigar un poco más sobre las cosas que ha estado haciendo últimamente. Si hay algo sospechoso en su comportamiento, podría ser una pista para entender sus intenciones.Alice asintió lentamente, sintiendo que la duda se transformaba en determinación.—Sí, definitivamente necesitamos estar atentas. Si Jennifer está manipulando a Dalton o a la situación de alguna manera, debemos encontrar la forma de desenmascararla.Mia sonrió con complicidad.
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107: Insistir un poco
Insistir un pocoAlice sintió cómo la angustia se apoderaba del ambiente. Era un momento tan hermoso como desgarrador; ver a Dalton, su esposo, tan cerca y al mismo tiempo tan distante.—Lo sé, es difícil de entender. —Dijo, intentando ser la voz de la razón en medio del caos emocional. —Y no deberías de enterarte de esta forma, pero Samuel te necesita muchísimo y yo también.Dalton miró a su hijo, quien aún lo abrazaba con toda la inocencia de su corta edad, y sintió un torrente de emociones que amenazaban con desbordarse.—No puedo creer que esto esté pasándome... —Susurró, su voz quebrándose—. ¿Cómo puedo ser un padre si no recuerdo cómo serlo?—Espera… ¿Qué no eres la amiga de Mia que vino el otro día? —Cuestionó frunciendo el ceño.Alice sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar la confusión en la voz de Dalton. Sabía que este momento era complicado, pero no esperaba que él recordara su presencia el otro día.—No, Dalton, soy Alice, la verdad es que soy tu esposa —Resp
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108: Limitados
LimitadosLa tensión en el aire se hacía insoportable, y Alice sintió cómo el mundo se desmoronaba a su alrededor. La noticia de que no podrían ver a Dalton era un golpe devastador.—¿Qué quiere decir con eso? —Preguntó la castaña, tratando de mantener la calma mientras su corazón latía con fuerza.La doctora, con un tono firme, pero compasivo, continuó explicando:—Es por el bienestar de su esposo. Necesitamos asegurarnos de que no haya interferencias en su tratamiento. Si hay confusión sobre lo que se le ha dicho, es mejor que se tomen un tiempo para aclararlo antes de que usted y su hijo puedan volver a verlo.Samuel, sintiendo la angustia de su actual cuidadora, tomó su mano con fuerza. Alice miró al pequeño y luego a la doctora, intentando procesar la información.—Pero… ¿No hay otra manera? —Preguntó Alice, sintiendo que las lágrimas amenazaban con salir. —Juro por todo lo que tengo que mi cuñada y yo vimos, y hablamos con el Dr. Martínez. Él tiene que trabajar aquí, no estoy lo
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109: Sacando las garras
Moscú se quedó en silencio por un momento, como si estuviera sopesando sus palabras. Alice podía sentir la tensión a través de la línea. Finalmente, él respondió con voz grave:—Alice, ese lugar es un nido de víboras. La corrupción corre como un río subterráneo. Hay personas que están dispuestas a hacer cualquier cosa para mantener sus secretos a salvo.Alice sintió que su corazón se aceleraba. Sabía que Moscú no hablaba a la ligera; su experiencia en el mundo del crimen organizado le otorgaba una perspectiva única sobre las sombras que acechaban el hospital.—¿Tienes nombres? —Preguntó, con su voz firme.—No puedo darte nombres directamente, pero te diré que hay un grupo dentro del hospital que se beneficia de las donaciones y las pólizas de seguro de los pacientes. Algunos médicos están en la lista, pero hay otros que están más arriba en la cadena. Gente que no dudaría en eliminar cualquier obstáculo que se interponga en su camino.Alice sintió una oleada de adrenalina. Sabía que deb
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110: Expedientes
Poco después, Alice llegó al punto de encuentro donde ya la esperaba un vehículo negro con los vidrios polarizados. Moscú bajó del auto y la ayudó a subir rápidamente.—¿Todo en orden? —Preguntó, su rostro mostrando una preocupación genuina.Alice asintió, entregándole los documentos que habían conseguido.—Aquí está todo. Ahora tenemos las pruebas que necesitamos para desenmascarar a Damián y su red de corrupción.Moscú revisó los documentos rápidamente, su expresión endureciéndose a medida que leía.—Bien hecho, Alice. Esto es suficiente para iniciar un escándalo que ellos no podrán controlar. Pero debemos actuar rápido antes de que puedan reaccionar.—Espera… ¿Qué pasará si ven los documentos que te involucran con el hospital? —Preguntó la castaña volviendo a estresarse.—Descuida. Eso lo tengo cubierto desde hace mucho, yo no dejo pruebas en papel, ni rastro alguno de mi trabajo.Alice respiró hondo, tratando de calmarse. Sabía que Moscú tenía razón. Confiaba en su capacidad para
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