CAPÍTULO 44. Una pregunta peligrosa
CAPÍTULO 44. Una pregunta peligrosaSu teléfono estaba en silencio, y Naiara solo lo alcanzó un par de veces para avisar que estaba bien, que estaba en el pueblo ayudando en lo que podía, y eso solo para que su abuelo se quedara tranquilo.—Por favor, Joaquín, estoy en el hospital con Samuel. No le digas nada al abuelo, solo... solo tranquilízalo ¿sí?En cierta medida tenía suerte de que Joaquín siempre estuviera dispuesto a ayudarla, pero en aquel momento lo único que podía tranquilizar su corazón era ver que Samuel abriera los ojos.Y quizás porque sentía que ella estaba allí, o quizás era porque Sergio tenía razón y él era un sobreviviente natural, pero antes de que anocheciera ese día por fin Naiara vio cómo iba despertando poco a poco.Verlo y lanzarse hacia la puerta fue exactamente la misma reacción, y Naiara gritó por una enfermera, haciéndose a un lado mientras el equipo médico venía a revisarlo.El alivio la inundó por completo cuando el médico dio el visto bueno para retira
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