Celeste se sentía un poco acalorada y se movió un poco, tratando de alejarse de él. De repente, sintió un fuerte deseo de vomitar y no pudo evitar cubrirse la boca con una mano, mientras la otra levantaba las sábanas. Sin embargo, Lorenzo la abrazaba con fuerza y su movimiento parecía estar rozando al hombre a propósito. Lorenzo se puso tenso por la provocación, frunció el ceño y abrió los ojos, clavando una mirada peligrosa en ella:—Celeste, ¿quieres hacerte discapacitada?Si ella seguía moviéndose así, no podía garantizar que pudiera controlarse. Él no tenía la intención de hacer el amor con ella, pero si ella insistía tanto en eso, también podía satisfacerla.Sin embargo, Celeste se sentía muy incómoda y frunció el ceño:—Es que… quiero vomitar…***En el baño, Celeste se agarró con fuerza al borde del inodoro y vomitó violentamente, como si quisiera sacar todo lo que tenía dentro. Finalmente, cuando se detuvo, se sentó exhausta junto al inodoro, con el rostro pálido. Lorenzo frunc
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