— Te estás martirizando en vano. Eva te ama, y te ama de verdad. Ella está dispuesta a aceptar tus defectos y traumas, pero ¿tú no estás dispuesto a hacer nada por ella a cambio?La conversación fue interrumpida por golpes en la puerta. Sofía entró en la oficina, trayendo el café de los dos jefes.— Muchas gracias, Sofía. Ethan tiene suerte de tener una buena secretaria como tú. — Adam la elogió.— No es necesario agradecer, señor.— Dime una cosa. ¿Tienes esposo o hijos?Extrañada por aquella pregunta en ese momento, se puso nerviosa y sintió que si abría la boca, iba a tartamudear. Primero, Ethan la había mandado a hacerse exámenes, y ahora, el CEO, su padre, apareció allí en una visita inesperada, preguntándole aquello.— N-no, señor, no tengo ninguno de los dos.Como pensaba, terminó tartamudeando.— Pero ¿consideras tenerlos? — el hombre continuó.— Sí, pretendo.— ¿Qué harías si el hombre que más amaras en el mundo y con quien te fueras a casar, te dijera que no quiere tener un h
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