— Estoy segura de que solo fue un malentendido.— No, no lo fue —respondió rápidamente—. Ya te había contado antes que él había cambiado, ¿no? Parece que algo lo hizo cambiar mucho, al punto de querer deshacer el compromiso. Sé que no puedo ser tan egoísta como para no respetar su decisión, aunque lo ame. Así que si viene a decirme que quiere terminar conmigo, no tendré más remedio que aceptarlo.— Lo siento mucho.Eva comenzó a llorar.— Pero no sé qué será de mí después de esto. Dediqué mis últimos años soñando con el día en que nos casaríamos, y ahora que compramos los anillos, sentí que ese día estaba más cerca. Me enamoré de él desde la primera vez que lo vi, y soñaba con él, aun sabiendo que nunca podría tenerlo. Pero entonces apareció y convirtió mis sueños en realidad. Me prometió el cielo y la tierra. Y yo creí cada palabra, dejando que me hicieran renunciar a muchas cosas solo para estar a su lado.— No puedo ni imaginar por lo que estás pasando.— Planeé todo mi futuro junto
— ¿Estás llegando recién? —Se sorprendió al ver a Ethan esperando, sentado en su escritorio.— Sí, me retrasé un poco, lo siento.Ethan no pudo dejar de notar que sus ojos estaban bastante hinchados, como si hubiera estado llorando.— ¿Pasó algo?— No, todo está bien.— ¿Estás segura? —insistió.— Sí, lo estoy. ¿Puedes salir de mi lugar? —pidió educadamente.— Solo estaba sentado aquí porque te esperaba —se levantó.— ¿Necesitas algo?— Sí, quiero que visites un apartamento conmigo.No quería salir con él, pero ese era su trabajo, debía acostumbrarse a estar cerca sin temer lo que pudiera pasar.— Está bien.Ethan llevó a Sofía a uno de los inmuebles más caros que pertenecían a la inmobiliaria, en una ubicación privilegiada, con vista panorámica y acceso directo al ático privado. Sin duda, ese apartamento debía valer millones de dólares.— ¿Qué te pareció? —preguntó.— Perfecto, me imagino cómo debe ser la vista desde aquí por la noche.— Es espléndida —comentó—. Ya tenemos más de ocho
En ese momento, su mente solo visualizaba a Eva. Con los ojos hinchados y el cabello revuelto, diciendo que su vida ya no tendría sentido si Ethan la dejaba. No quería cargar con la culpa si ella atentaba contra su propia vida.También era consciente de sus sentimientos por él, pues jamás habría llegado a ese punto de ir en contra de su propia dignidad, relacionándose con un hombre que ya tenía un compromiso. Era hora de cortar el mal de raíz y tendría que usar todos los medios que se le ocurrieran para dejar bien claro que ya no quería nada con él.—A diferencia de ti, yo quiero una relación seria, con alguien que me ame y me demuestre todos los días que me quiere a su lado. Quiero a alguien que crea en el amor, que no tenga miedo de expresar sus sentimientos, que quiera formar una familia en el futuro. —En ese momento, ya tenía los ojos llenos de lágrimas. Era más que hora de decir lo que estaba atascado en su garganta—. Quiero a alguien que diga que un hijo es una bendición y no un
Saliendo de aquel lugar con los ojos llenos de lágrimas, se juzgaba mentalmente por haberse dejado llevar hasta ese punto.—¡Sofía!Ethan gritaba, viniendo detrás, ya a punto de alcanzar el elevador.—¿Qué quieres? —preguntó, dándose cuenta de que no podría huir de él.—¿Estás llorando?—Déjalo así —pidió, presionando el botón del elevador—. Esto siempre pasa cuando decido decir lo que pienso —explicó.Odiaba que las hormonas del embarazo la dejaran así, tan vulnerable frente a otras personas.—Si crees tanto en lo que dijiste, ¿por qué pareces triste?—Porque es la decisión correcta.—Pero no es la que querías tomar, ¿verdad?—No soy un animal que vive para seguir el instinto. Independientemente de lo que quiera o no, existe lo correcto por hacer y es lo que estoy haciendo.—No tienes que ser tan dura contigo misma.—¿Te estás preocupando por cómo me siento? —le cuestionó.—No lo parece, pero estoy preocupado por ti.—Deberías preocuparte por tu novia, con quien has estado tantos años
— Creo que no nos veremos hasta el próximo año, entonces. ¡Feliz año nuevo!Ella le apretó la mano, deseándole lo mismo, y luego salió de allí, apagando su computadora y tomando el ascensor, con una enorme opresión en el pecho.¿Por qué sentía que ese era el fin de todo?Al llegar a casa, después de pasar por el supermercado, preparó la cena, pero no pudo llevarse nada a la boca. Su estómago se revolvía cada vez que pensaba en Ethan.— ¿En qué momento perdí el control?Se preguntaba, mientras estaba con las dos manos en la cabeza, encogida en el suelo de la cocina.— ¿Qué está pasando aquí?Kate se acercó, viendo el estado de su amiga.— Sofía, ¿te sientes bien?— No, no estoy bien. Parece que todo a mi alrededor se está derrumbando y no puedo controlarlo, porque sé que la persona responsable de todo soy yo.— Amiga, no te pongas así, todo va a estar bien.[...]Era el último día del año, y las dos se estaban preparando para ir a la Quinta Avenida, a ver la cuenta regresiva y los fuego
Ya era cerca de las diez de la noche cuando Mateo tocó a la puerta del apartamento de Sofía.— Fuiste rápido — dijo al abrir la puerta.— Me emocioné tanto con tu invitación que agarré la primera ropa que encontré. Solo en el camino me di cuenta de que no debía vestirme de cualquier manera — explicó.Mateo vestía ropa de tonos oscuros y encima, un abrigo negro.— No necesitas mucho, cualquier cosa te queda bien. Estás guapo.Sus ojos brillaron al recibir el cumplido, lo que la hizo sentir incómoda.No debería haber dicho eso.— Entra, ya casi salimos, solo falta que Kate esté lista.Él entró y se encontró con Daniel en la sala. Antes de saludarlo, le dio un discreto vistazo al hombre.— Buenas noches.— Buenas noches — respondió Daniel.Los dos comenzaron a conversar en la sala, y Sofía fue al cuarto de Kate para ver si ya estaba lista.— ¿Y bien, falta mucho?Preguntó, entrando en la habitación y encontrando a su amiga terminando de delinearse los ojos.— No, ya casi estoy lista — res
Hacía frío y sentía que en cualquier momento podría nevar, lo que haría mágica aquella noche.— Creo que este es un buen lugar para quedarnos — dijo Daniel.Se ubicaron cerca de una barrera de protección, desde donde tendrían una vista privilegiada del escenario.Los cuatro se distraían mientras varias personas pasaban entre ellos.— ¿Nos tomamos una foto juntos? — pidió Mateo.— Está bien.Sacó el celular del bolsillo, tomó una selfie y la envió de inmediato.Al mirar la foto de los dos en su celular, deslizó el dedo hacia un lado sin querer y vio la selfie que se había tomado con Ethan.Había pensado varias veces en borrar esa foto, pero decidió conservarla para mostrársela en el futuro a su bebé, en caso de que quisiera ver el rostro de su padre algún día.Una vez más, su corazón se encogió, como si ese sentimiento en su pecho le hiciera un nudo en el estómago y paralizara el resto de su cuerpo.¡Deja de ser tonta! Se reprochaba por pensar en aquel hombre incluso en ese momento de d
No sabía cuánto había durado aquel beso, pero sintió como si fuera una eternidad. Al separarse, miró hacia donde estaba Ethan, pero ya no lo vio allí.Volviendo su mirada hacia Mateo, lo encontró con una expresión de sorpresa en el rostro.— Discúlpame — pidió, dándose cuenta de lo que acababa de hacer.— Sofía... — estaba sin palabras. — Esto...— Por favor, perdóname por esto, creo que fue el calor del momento, no pensé bien en lo que estaba haciendo.— No me pidas disculpas, esto fue muy bueno.Se acercó una vez más, volviendo a besarla con todas sus ganas.Sintiendo que aquello era un error, lo apartó con el brazo.— Mateo, por favor, ¡para! — pidió.— Pero pensé que te había gustado.Con toda la emoción del momento por ver a Ethan, y pensar en una solución para alejarlo, ni siquiera se dio cuenta de la bola de nieve que estaba formando.Besar a Mateo siempre había sido su sueño durante muchos años, pues siempre imaginó lo que sentiría en el momento en que sus labios se sellaran un