Inmediatamente, Ethan se alejó de Sofía al ver que su padre, Adam Smith, acababa de entrar por la puerta.— ¿Estoy interrumpiendo algo? — preguntó Adam, notando la cercanía entre ambos.— No, claro que no — respondió serio —. Aun así, no me gusta que entren a mi oficina sin tocar.— Quería avisar, pero no encontré a tu secretaria en su lugar — el hombre miró a Sofía con aire altivo, haciendo que esa frase se interpretara de un modo diferente.— Buenos días, señor — saludó ella, algo nerviosa —. Me llamo Sofía, soy la secretaria del señor Ethan.Adam se detuvo a analizarla de pies a cabeza antes de extender la mano para saludarla.— Mucho gusto.— Es un placer conocerlo en persona — respondió —. Bueno, me retiraré ahora, creo que tienen cosas de qué hablar.— Trae dos cafés, Sofía. Creo que nuestra conversación será un poco larga — pidió Ethan.— Sí, señor. Con permiso.Saliendo de allí, nerviosa y temiendo lo que el hombre pudo haber presenciado, fue a buscar el café para ambos.En la
— Te estás martirizando en vano. Eva te ama, y te ama de verdad. Ella está dispuesta a aceptar tus defectos y traumas, pero ¿tú no estás dispuesto a hacer nada por ella a cambio?La conversación fue interrumpida por golpes en la puerta. Sofía entró en la oficina, trayendo el café de los dos jefes.— Muchas gracias, Sofía. Ethan tiene suerte de tener una buena secretaria como tú. — Adam la elogió.— No es necesario agradecer, señor.— Dime una cosa. ¿Tienes esposo o hijos?Extrañada por aquella pregunta en ese momento, se puso nerviosa y sintió que si abría la boca, iba a tartamudear. Primero, Ethan la había mandado a hacerse exámenes, y ahora, el CEO, su padre, apareció allí en una visita inesperada, preguntándole aquello.— N-no, señor, no tengo ninguno de los dos.Como pensaba, terminó tartamudeando.— Pero ¿consideras tenerlos? — el hombre continuó.— Sí, pretendo.— ¿Qué harías si el hombre que más amaras en el mundo y con quien te fueras a casar, te dijera que no quiere tener un h
— ¿Realmente crees que después de todo lo que pasé, dejaría que una mujer cambiara mi cabeza? — enfrentó a su padre.— No lo sé, dímelo tú mismo.— Para con eso, ya te expliqué lo que está pasando.— No vas a terminar con ella. No ahora que ya compraron los anillos de compromiso.— ¿A quién le importa eso?— A mí me importa — respondió. — Ethan, si quieres desquitarte por algo que pasó, desquítate conmigo, Eva no tiene la culpa. Todo lo que ella hizo, fue pensando en tener un futuro feliz contigo.Diciendo esto, Adam salió de allí, azotando la puerta de la oficina, lo que asustó a Sofía que estaba afuera y vio al hombre salir furioso.Quería mucho saber cuál fue el tema de la conversación, pero sabía que eso no era de su incumbencia.Ya era la hora del almuerzo, cuando estaba saliendo de la empresa para encontrarse con Kate. Pasando por la puerta giratoria, se distrajo con el botón de su camisa que se había soltado, y acabó chocando con alguien sin querer.— Perdóneme — Dijo, notando q
— Estoy segura de que solo fue un malentendido.— No, no lo fue —respondió rápidamente—. Ya te había contado antes que él había cambiado, ¿no? Parece que algo lo hizo cambiar mucho, al punto de querer deshacer el compromiso. Sé que no puedo ser tan egoísta como para no respetar su decisión, aunque lo ame. Así que si viene a decirme que quiere terminar conmigo, no tendré más remedio que aceptarlo.— Lo siento mucho.Eva comenzó a llorar.— Pero no sé qué será de mí después de esto. Dediqué mis últimos años soñando con el día en que nos casaríamos, y ahora que compramos los anillos, sentí que ese día estaba más cerca. Me enamoré de él desde la primera vez que lo vi, y soñaba con él, aun sabiendo que nunca podría tenerlo. Pero entonces apareció y convirtió mis sueños en realidad. Me prometió el cielo y la tierra. Y yo creí cada palabra, dejando que me hicieran renunciar a muchas cosas solo para estar a su lado.— No puedo ni imaginar por lo que estás pasando.— Planeé todo mi futuro junto
— ¿Estás llegando recién? —Se sorprendió al ver a Ethan esperando, sentado en su escritorio.— Sí, me retrasé un poco, lo siento.Ethan no pudo dejar de notar que sus ojos estaban bastante hinchados, como si hubiera estado llorando.— ¿Pasó algo?— No, todo está bien.— ¿Estás segura? —insistió.— Sí, lo estoy. ¿Puedes salir de mi lugar? —pidió educadamente.— Solo estaba sentado aquí porque te esperaba —se levantó.— ¿Necesitas algo?— Sí, quiero que visites un apartamento conmigo.No quería salir con él, pero ese era su trabajo, debía acostumbrarse a estar cerca sin temer lo que pudiera pasar.— Está bien.Ethan llevó a Sofía a uno de los inmuebles más caros que pertenecían a la inmobiliaria, en una ubicación privilegiada, con vista panorámica y acceso directo al ático privado. Sin duda, ese apartamento debía valer millones de dólares.— ¿Qué te pareció? —preguntó.— Perfecto, me imagino cómo debe ser la vista desde aquí por la noche.— Es espléndida —comentó—. Ya tenemos más de ocho
En ese momento, su mente solo visualizaba a Eva. Con los ojos hinchados y el cabello revuelto, diciendo que su vida ya no tendría sentido si Ethan la dejaba. No quería cargar con la culpa si ella atentaba contra su propia vida.También era consciente de sus sentimientos por él, pues jamás habría llegado a ese punto de ir en contra de su propia dignidad, relacionándose con un hombre que ya tenía un compromiso. Era hora de cortar el mal de raíz y tendría que usar todos los medios que se le ocurrieran para dejar bien claro que ya no quería nada con él.—A diferencia de ti, yo quiero una relación seria, con alguien que me ame y me demuestre todos los días que me quiere a su lado. Quiero a alguien que crea en el amor, que no tenga miedo de expresar sus sentimientos, que quiera formar una familia en el futuro. —En ese momento, ya tenía los ojos llenos de lágrimas. Era más que hora de decir lo que estaba atascado en su garganta—. Quiero a alguien que diga que un hijo es una bendición y no un
Saliendo de aquel lugar con los ojos llenos de lágrimas, se juzgaba mentalmente por haberse dejado llevar hasta ese punto.—¡Sofía!Ethan gritaba, viniendo detrás, ya a punto de alcanzar el elevador.—¿Qué quieres? —preguntó, dándose cuenta de que no podría huir de él.—¿Estás llorando?—Déjalo así —pidió, presionando el botón del elevador—. Esto siempre pasa cuando decido decir lo que pienso —explicó.Odiaba que las hormonas del embarazo la dejaran así, tan vulnerable frente a otras personas.—Si crees tanto en lo que dijiste, ¿por qué pareces triste?—Porque es la decisión correcta.—Pero no es la que querías tomar, ¿verdad?—No soy un animal que vive para seguir el instinto. Independientemente de lo que quiera o no, existe lo correcto por hacer y es lo que estoy haciendo.—No tienes que ser tan dura contigo misma.—¿Te estás preocupando por cómo me siento? —le cuestionó.—No lo parece, pero estoy preocupado por ti.—Deberías preocuparte por tu novia, con quien has estado tantos años
— Creo que no nos veremos hasta el próximo año, entonces. ¡Feliz año nuevo!Ella le apretó la mano, deseándole lo mismo, y luego salió de allí, apagando su computadora y tomando el ascensor, con una enorme opresión en el pecho.¿Por qué sentía que ese era el fin de todo?Al llegar a casa, después de pasar por el supermercado, preparó la cena, pero no pudo llevarse nada a la boca. Su estómago se revolvía cada vez que pensaba en Ethan.— ¿En qué momento perdí el control?Se preguntaba, mientras estaba con las dos manos en la cabeza, encogida en el suelo de la cocina.— ¿Qué está pasando aquí?Kate se acercó, viendo el estado de su amiga.— Sofía, ¿te sientes bien?— No, no estoy bien. Parece que todo a mi alrededor se está derrumbando y no puedo controlarlo, porque sé que la persona responsable de todo soy yo.— Amiga, no te pongas así, todo va a estar bien.[...]Era el último día del año, y las dos se estaban preparando para ir a la Quinta Avenida, a ver la cuenta regresiva y los fuego