—Jamás me había sentido de esta forma —dijo después de una breve pausa—. Desde que nos separamos me he vuelto un poco irracional e irritable. Mi mente está constantemente contigo; no puedo concentrarme si no sé si estás bien. —Nunca había sido un hombre expresivo, sin embargo, no le resultaba difícil confesarle sus sentimientos—. Disfruto pasar tiempo contigo, me gusta quien soy cuando estamos juntos y, por alguna razón que escapa de mi comprensión, me encanta tu peculiar sentido del humor. —Tomó una respiración profunda—. YA tebya lyublyu... Te amo.Sienna se quedó en silencio, lo que hizo que Kassio se pusiera algo nervioso. Luego, ella se levantó del sofá y se acercó a él, sentándose a horcajadas sobre su regazo en cuanto llegó. Sienna rodeó su cuello con los brazos y juntó sus frentes.—Tengo la habilidad para meterme en el corazón de las personas —dijo ella, con una sonrisa juguetona, antes de adoptar una expresión seria otra vez—. No te he perdonado... no del todo. Tienes que ha
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