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Todos los capítulos de Mi pequeña descarada: Capítulo 141 - Capítulo 150
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Capítulo 18: Exploración
Valeria despertó con un cálido brazo envolviéndola por la cintura. Abrió los ojos y se encontró cara a cara con Maxim. Los recuerdos de la noche y la madrugada se arremolinaron en su mente, provocando que sus mejillas se calentaran mientras el deseo volvía a despertar en su interior. Su cuerpo estaba adolorido y aun así lo deseaba una vez más.Se quedó allí, observándolo. Su cabello rubio brillaba con la luz de la mañana, y un ligero rastro de barba le cubría el mentón. Instintivamente, levantó la mano para acariciar su rostro, pero se detuvo al darse cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Debía aprovechar que Maxim estaba dormido para indagar en la casa en lugar de mirarlo como una boba.Con cuidado, se sentó al borde de la cama y se tomó un tiempo para mirar alrededor. La noche anterior, con las manos de Maxim recorriendo su cuerpo, apenas había prestado atención a los detalles. La habitación era tan grande y elegante. Los detalles sutiles de la decoración iban perfectamente con
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Capítulo 19: Sin complicaciones
Valeria se puso algo nerviosa al ver a Maxim sonreír antes de llevarse el tenedor a la boca y comer como si ella no hubiera dicho nada. Necesitaba saber qué pasaba por su mente, si caería en su trampa o si, por el contrario, estaría de acuerdo con ella y dejar las cosas justo como estaban.—Come, encanto, tu desayuno se enfría —dijo él, continuando su comida.Valeria se sintió extraña al escuchar aquel apodo otra vez. La noche anterior no le había dado demasiada importancia, inmersa en el frenesí de la pasión, pero ahora se escuchaba más íntimo.—¿Hay algo de malo con el desayuno? Puedo pedir que te preparen otra cosa, si así lo deseas.Sacudió la cabeza y empezó a comer. Ninguno de los dos dijo nada durante un tiempo hasta que Maxim rompió el silencio.—¿Por qué?Valeria lo miró con el ceño fruncido, sin entender muy bien la pregunta de Maxim. —Lo que quiero preguntar es ¿por qué no deberíamos volver a acostarnos? —aclaró él—. Ambos la pasamos muy bien anoche, ni siquiera intentes
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Capítulo 20: Recuerdos dolorosos
Valeria se inclinó hacia adelante y dejó el ramo de flores que tenía en manos frente a la tumba de su hermana. Rosas rojas, las favoritas de Nydia.—Feliz Navidad —dijo con una sonrisa melancólica y se sentó en el suelo—. Sé que ha pasado un tiempo desde la última vez que vine, y no sé cuánto tiempo pasará antes de mi próxima visita. Quería que lo supieras. Yo... —se interrumpió y soltó un suspiro—. Han pasado algunas cosas recientemente. Por fin conseguiré que él pague por el daño que te hizo.Apoyó la barbilla en sus rodillas, abrazándose a sus piernas, y cerró los ojos. Los recuerdos del fatídico día en que su hermana murió la bombardearon. No quería pensar en eso, no en navidad, pero por más que lo intentó, no pudo frenar el curso de sus pensamientos.A pesar de los años transcurridos, las imágenes eran tan nítidas como si todo estuviera sucediendo otra vez.Acababa de llegar del trabajo y entró en la habitación de su hermana para ver cómo estaba. Nydia descansaba en su cama, y por
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Capítulo 21: Deseo
Maxim soltó un suspiro de cansancio y recostó la cabeza contra el asiento del coche.—A casa —ordenó, cerrando los ojos.—Por supuesto, señor —respondió su conductor, y poco después se escuchó el suave rugido del motor.Había tenido un par de días agitados. El día después de Navidad, su asistente le informó que había surgido un problema con uno de sus clientes y este se negaba a firmar la renovación del contrato. Aunque estaban en plena temporada festiva y el asunto podría haber esperado hasta después de Año Nuevo, Maxim sabía que en su negocio los retrasos podían costar caro. Era demasiado fácil perder clientes importantes si no se actuaba con rapidez.Maxim le había solicitado a su asistente que le concertara una cita y había cogido un vuelo ese mismo día. Después de tres días de reuniones, discusiones y algunos ajustes en la oferta, logró convencer al director de firmar el contrato. Con el problema solucionado, esperaba estar libre hasta después de Año Nuevo.Pese a que estaba cans
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Capítulo 22: Fiesta de año nuevo
El ático estaba a rebosar de gente. Maxim reconoció algunos rostros —aunque difícilmente podía recordar sus nombres—, pero la mayoría eran desconocidos para él. Llevó su vaso de brandy a los labios, observando a los asistentes con cierta indiferencia. Era un hecho de que muchos ya estaban pasados de copas. Las risas resonaban con más fuerza, los movimientos carecían de coordinación, y las conversaciones se llevaban en volumen alto.Mientras observaba lo que sucedía a su alrededor, no pudo evitar sentirse desconectado de todo aquello. Las noches desenfrenadas de alcohol y excesos habían perdido su atractivo hacía mucho tiempo. Ese era el motivo por el cual había dejado de asistir a la mayoría de fiestas a las que era invitado. De hecho, habría rechazado aquella invitación también, de no ser porque el anfitrión era Anthoine, uno de los pocos amigos que conservaba del pasado, aunque el tiempo y las circunstancias los habían distanciado.Como si lo hubiera invocado con el pensamiento, Ant
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Capítulo 23: Una declaración
Valeria levantó la mirada al darse cuenta que alguien se había acercado a ella. Sonrió al darse cuenta que se trataba de Hugo.—Es la hora del almuerzo, ¿les gustaría acompañarme? —preguntó él, mirándola fijamente antes de desviar la mirada hacia Cristina.Valeria también miró a su amiga, quien se limitó a encogerse de hombros.—Está bien —aceptó.Las dos se levantaron y comenzaron a ordenar sus cosas.Durante el trayecto hacia el comedor, Hugo mencionó el último curso de actualización al que había asistido. Su voz se llenó de entusiasmo mientras les explicaba algunas de las nuevas técnicas que había aprendido. De vez en cuando, soltaba una broma, arrancando risas a Valeria y Cristina. La manera ligera que tenía Hugo para contar las cosas hacía que la conversación fuera bastante entretenida.Valeria intervino en más de una ocasión, haciendo preguntas o discutiendo algunos de los puntos que Hugo mencionaba. Apreció que él se quedara en silencio, escuchándola con atención y dejándola ha
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Capítulo 24: Sueños y recuerdos
Maxim despertó bruscamente, sabiendo instintivamente que Valeria ya no estaba a su lado, pese a que se había dormido con ella entre brazos. Los dos se habían quedado despiertos hasta cerca de la media noche conversando. Esa había sido la primera vez que compartían cama sin tener relaciones, algo que no había sucedido en el pasado con otra mujer.Estiró el brazo y se dio cuenta que el lado en el que Valeria debería de estar, estaba aún tibio, por lo que no debía llevar mucho tiempo fuera. Se deslizó fuera de la cama y salió a buscarla.La casa estaba en absoluto silencio y solo un par de lámparas iluminaban tenuemente el pasillo. Maxim avanzó a lo largo del corredor en dirección hacia las escaleras, pero se detuvo al darse cuenta que la puerta del salón de música estaba entreabierta. La empujo con suavidad y la luz del pasillo se coló en el interior, permitiéndole ver a Valeria. Ella estaba cerca de la ventana de espaldas a él, miraba por un pequeño espacio entre las cortinas hacia el e
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Capítulo 25: Visitas
Había pasado poco más de un mes desde aquella noche en que Maxim había tomado a Valeria en la sala de música, y ella sentía que su determinación comenzaba a menguar. Cada día conocía un poco más a Maxim y se daba cuenta de que era muy diferente a la persona que había pensado. Tenía un sentido del humor único, había librado sus propias batallas y se preocupaba por los demás. Una semana atrás, cuando ella había estado enferma por su período, él le había conseguido algunos analgésicos y la había mimado hasta el cansancio.Tal vez Maxim había sido una persona despreciable e insensible en el pasado, pero era evidente que había cambiado. Sin embargo, eso no borraba el daño que le había causado a Nydia. La idea de olvidarse de su venganza había cruzado por su mente, pero cada vez que eso sucedía sentía que estaba defraudando a su hermana.—¿Qué te tiene tan pensativa? —preguntó Maxim, devolviéndola al presente.—Nada, solo estoy un poco cansada.—Es comprensible. Has estado trabajando bastant
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Capítulo 26: Un nombre
—Así que, ¿ustedes dos están saliendo? —insistió Natasha con una mirada curiosa.Valeria titubeó, sin saber qué responder. Negarlo sería inútil. No había que ser demasiado inteligente para darse cuenta que había pasado la noche en casa de Maxim. Sin embargo, aceptarlo tampoco se sentía adecuado, ya que oficialmente Maxim y ella no tenían una relación.—Algo así —dijo al fin.Natasha sonrió aun más si acaso era posible, como si supiera algo que ella no. Valeria esperaba que insistiera con el tema, pero la sorprendió cambiando de tema.—¿Y a qué te dedicas?—Soy diseñadora gráfica —respondió—. Trabajo en el departamento de marketing de la empresa de tu familia.—Oh, ¿así que fue allí donde conociste a mi hermano? —Natasha arqueó las cejas con interés.—Sí.—Así que rompió una de sus reglas más sagradas por ti.—¿Qué quieres decir? —preguntó antes de poder detenerse.Natasha se distrajo por un instante mientras le daba una sonrisa a su hijo que estaba balbuceando algo incomprensible.—No
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Capítulo 27: Una invitación
Maxim dejó un beso en la nuca de Valeria. Ella soltó un leve quejido y giró el rostro hacia él. Una sonrisa adornó su rostro al verlo y sus ojos se iluminaron con calidez. Negar que le encantaba cómo su expresión cambiaba solo con verlo sería absurdo. —Buenos días —dijo ella con la voz ligeramente ronca por el sueño.—Buenos días, encanto. —Maxim se acercó brevemente a ella y le dio un beso en la frente—. ¿Qué te parece si nos quedamos en cama todo el día? —propuso, deslizando una mano lentamente por su espalda, trazando un recorrido de arriba hacia abajo y viceversa. La noche anterior la había reclamado con total entrega en más de una ocasión y aun así el deseo de poseerla una vez más latía en su interior.—¿Estás hablando en serio? ¿Qué pasó con el hombre que no puede estar demasiado tiempo alejado de su computadora o teléfono? —replicó ella, su tono mezclando diversión y provocación.—Es domingo. Todos merecemos un descanso los domingos.—¿Incluso los adictos al trabajo? —Valeria l
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