Capítulo 23Me arde demasiado mi pecho que siento que voy a morir ahora mismo. Los ojos azul zafiro de Damián carcome mi alma, mientras se acerca una vez más para besarme de nuevo en la entrada de su apartamento en Manhattan.La piel de mi cuerpo se hallaba fría al recordar mi confesión delante de mi jefe, sus labios devoraron los míos, apenas ambos logramos entrar a su residencia, la oscuridad del lugar nos cobijó a ambos apenas mi cuerpo cayó de espalda contra un sofá que se hallaba en la sala.Sus manos agarraron con posesividad mis mejillas,—¿Me amas?—, el empresario preguntó, pero sentía demasiada vergüenza para responder a su pregunta. Había intentado deshacerme de mis sentimientos por tanto tiempo, que al final terminé seducida por el señor Maxwell. Mi corazón comenzó a latir con locura dentro de mi cuerpo, mis manos sudo
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