Alma.Enfadada y con el corazón aún latiendo con furia, subí a la habitación con Barto y Gael. La maldita fiesta se estaba convirtiendo en una pesadilla. Patricia era un monstruo, pero al menos había confiado en ella para cuidar de Isa. Sin embargo, la sombra de Maura y su esposo acechaba en mi mente, y no podía permitir que Barto estuviera en peligro. Había oído rumores sobre su conexión con el narcotráfico, y eso me ponía los nervios de punta.—¿Mami, estás enojada con Barto?— Pregunta Gabriel mientras lo ayudo a vestirse.—No, corazón, no estoy molesta. Pero la violencia no es la solución —respondí con firmeza, tratando de ocultar mi preocupación.Gabriel sonrió con confianza. —Cuando sea más grande quiero ser como él, valiente para defenderte a ti y a Isa. Su determinación me conmovió, y le di un beso en la mejilla. —Te amo mucho, Gabriel. Eres muy valiente, mi bebé hermoso, y hiciste muy bien en decirme lo que estaba pasando.Nuestra conversación se vio interrumpida por la entr
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