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Todos los capítulos de QUIERO SER TU SUGAR BABY: Capítulo 31 - Capítulo 40
54 chapters
31
Llegué temprano al consultorio de mi hermana; ella, al verme, puso mala cara de inmediato. Yo le sonreí y me senté frente a ella. — Quiero tener un bebé — le solté. Bella se pasó la mano por la cara y después respiró profundamente. — De todas las cosas que me has dicho, esta es la más estúpida — me dijo enojada. — Primero me dices que yo ya debería tener un par de hijos, y ahora que te digo que quiero uno te enojas. ¿Qué carajo es lo que quieres entonces? ¿Que me case con un imbécil y ser infeliz? — le pregunté enojada. — ¿Te imaginas lo vergonzoso que sería para ese niño decir que tiene una madre como tú? — me dijo. Yo iba a gritarle, pero sabía que algo estaba mal con ella, la conocía demasiado bien. — ¿Qué te pasa? — le pregunté. Bella empezó a llorar. Yo me levanté de la silla y fui a ella, la abracé con fuerza. — Barry no puede tener hijos, y te juro que yo lo quiero, pero quiero ser mamá — me dijo. Yo me separé de ella y la miré a los ojos. — Pueden adoptar, muchos n
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32
Salí del trabajo, estaba un poco cansada y también tenía hambre; solo espero que Dimitri haya cocinado algo delicioso. A este punto, yo ya estaba demasiado acostumbrada a que él cocinara e hiciera la mayor parte de los quehaceres de la casa. — ¡Grace! — gritó Hayden. Yo me detuve en seco y lo saludé con la mano. Él se acercó y me sonrió ampliamente. La sonrisa de Hayden era tan linda y luminosa. — ¿Puedo hablar contigo? — me pidió. Yo asentí con la cabeza de inmediato. — He hablado con Dimitri hace un par de días, y le he propuesto competir conmigo en el mismo equipo. No sé si Kat te comentó que Nora dañó todos los coches y se llevó a los otros pilotos — me preguntó. Yo asentí con la cabeza, Kat me había mencionado algo, pero Dimitri no me había dicho que ellos habían hablado. — ¿Puedes convencer a Dimitri? Si no fuera tan importante no te lo estaría pidiendo — me dijo. Yo asentí con la cabeza. — No te aseguro nada, pero lo intentaré — le dije. Hayden sonrió otra vez. — Gra
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Semanas después...Dimitri y Hayden empezaron a trabajar juntos, tanto que él llegaba súper tarde a casa, y lo peor es que cuando llegaba se tiraba en la cama y se quedaba dormido. En las mañanas, él se levantaba temprano, me dejaba el desayuno y se iba, ni siquiera se despedía de mí y ya estaba aburrida.Me senté en el sofá de la casa de Kat y la quedé mirando mal. Todo era culpa de ellos, y bueno también mía por convencer a Dimitri.— Tú se lo pediste, así que no me culpes a mí — me dijo.Yo puse los ojos en blanco.— ¿Cómo lo aguantas? — le pregunté.Ella se sentó a mi lado y me sonrió.— Es lo que él ama, y yo lo amo, así que no me importa tanto la verdad — me contestó ella.— Creo que si Dimitri se dedica a eso a tiempo completo, yo me volvería loca. Lo quiero para mí, no digo que lo quiera a todas horas, pero me encanta cuando nos quedamos dormidos en los brazos del otro, y con esto, te juro que yo solo lo siento cuando se acuesta y cuando se levanta — le dije.Yo me había acost
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Al día siguiente, Dimitri me levantó llenándome de besos. Yo lo quedé mirando y le sonreí, él se acercó más a mí y me dio un besito en los labios.— ¿Por qué no te has ido aún? — le pregunté.Él sonrió un poco. Era obvio que había dejado tirado a Hayden por el comentario de ayer.— Hoy entramos más tarde — me contestó.Yo lo miré sorprendida y me senté en la cama.— Pensé que lo habías dejado tirado — le dije sinceramente.— Estuve a punto de dejarlo, pero después recapacité — me dijo.Yo lo quedé mirando aún más sorprendida.— ¿Lo golpeaste? — le pregunté.Dimitri no contestó nada pero sonrió. Yo puse los ojos en blanco. Dimitri era Dimitri, pobre Hayden.— Discúlpate con él — le exigí.Dimitri me quedó mirando y después empezó a reír.— Estás loca, ahora levántate que el desayuno se va a enfriar — me dijo.Él se bajó de la cama y salió de la habitación. Yo también me bajé y fui tras él.— Hablo en serio, quiero que te disculpes, enséñale algo lindo a tu hijo — le dije.Dimitri volvi
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Mi hermana llegó al hospital, ella al verme se acercó a mí y empezó a acariciar mi cabeza. Yo estaba devastada, había soñado mucho con el bebé que tendrá con Dimitri, y lo que más me dolía era que él lo deseaba tanto. — Deberías llamarlo, él tiene que estar aquí contigo — me sugirió mi hermana. Yo negué con la cabeza, aún no estaba lista para darle la noticia. Es que ni siquiera podía decir en voz alta que había perdido a mi bebé, me dolía el solo pensarlo. Como si al decirlo en voz alta, se hiciera aún más real, y el dolor que ya me consumía se intensificara. Me encogí en la cama del hospital, sintiendo un vacío desgarrador en mi pecho. No sabía cómo seguir adelante, cómo enfrentar la vida después de esta pérdida tan dolorosa. Por ahora, solo quería refugiarme en los brazos reconfortantes de mi hermana y permitirme sentir pena y dolor. dolia tanto que pareciera que el mundo se estuviera desmoronando a mi alrededor. — Él va a odiarme — le dije entre lágrimas. Mi hermana negó con
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Regresar a casa fue un tanto melancólico; ver las cosas que Dimitri le había comprado a nuestro bebé fue muy duro. — Por favor, no llores más — me pidió él mientras me ayudaba a acostarme en la cama. — Quería a ese bebé — le dije con franqueza. Dimitri se metió en la cama conmigo y me abrazó con mucha fuerza. — Ambos lo queríamos, pero la vida es así, y tenemos que seguir adelante. Sé que es doloroso, pero no podemos sumergirnos en el dolor — me dijo él. Yo le sonreí un poco y asentí con la cabeza. Aunque la pérdida de mi bebé me estuviera destrozando el alma, trataría de sobrellevarlo. — Te amo, Grace, y no me puedo imaginar una vida sin ti. Eres el amor de mi vida — me dijo. Yo me acurruqué más en su pecho. — También te amo — le respondí. Ambos nos quedamos así por horas; las palabras no hacían falta. Lo único que importaba era nuestra compañía y el latido de nuestros corazones. Dimitri se convirtió en parte importante de mi vida y yo en la suya. Una semana después… Hoy h
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Kat no dejó de llamarme. Al principio le contesté para no preocuparla, pero a medida que pasaba el tiempo y las llamadas eran aún más insistentes, dejé de contestarle. Me recosté en el respaldo de mi silla y miré hacia la pared de enfrente. Tal vez este era mi destino: estar sola. Creo que, sí lo pienso, era algo que ya se veía venir. La puerta de mi oficina se abrió y entró Kat. Ella se veía cabreada.— ¿Qué carajo te pasa? ¿Por qué no respondes mis llamadas? — Me preguntó.La quedé observando por un momento largo y sonreí un poco. De las dos, ella siempre ha tenido más suerte en el amor.— Estoy ocupada, Kat. No puedo responderte cada vez que me llames, y ya van como unas 100 llamadas. ¿Qué te pasa a ti? ¿Acaso crees que me suicidaré por una ruptura? He tenido muchas, ya estoy acostumbrada. — Le dije.Kat se acercó y se sentó frente a mí.— No engañas, Grace. Sé que te duele y lo que has pasado por estos días ha sido muy duro. Yo solo quiero estar aquí para ti, apoyándote, así que t
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Meses después.Hoy era el baby shower de Kat, y yo me había ofrecido a organizarlo todo. Ella se acercó a mí y me entregó un vaso con agua.— Está quedando hermoso — me dijo con una sonrisa.Yo le toqué su panza y sonreí. Tal vez si nada hubiera pasado, yo estaría igual que ella. Estaría así, con Dimitri a mi lado, siendo felices.— Bueno… al menos no me pediste que fuera algo sencillo — le dije con una sonrisa forzada.Yo había aprendido a ocultar mis emociones, yo no quería que los demás vieran cuánto me había afectado lo que había pasado, así evitaba que las personas que me querían se preocuparan.— Bueno, la verdad sí lo pensé, pero Hayden está vuelto loco con la bebé — me dijo con una sonrisa.Sentía tanta envidia de ella. daría cualquier cosa por tener su vida, por ser yo la que estuviera aquí.— Grace, sé que no te lo he mencionado, pero Dimitri vendrá. Él y Hayden tienen una relación extraña, pero son amigos, o eso creo — me dijo.Yo sonreí ampliamente y me encogí de hombros.
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Yolanda me estaba mirando con una enorme sonrisa. Yo aparté la vista de ella y acomodé por tercera vez las flores que Grace me había dado.— Es más bonita de lo que me habías contado —me dijo.Grace se veía muy bien. Yo había pensado mucho en nuestro reencuentro, y esto, la verdad, no lo había imaginado. Se sintió tan raro, tan forzado.— Apuesto a que ha venido con alguien —comenté.Odiaba admitirlo, pero yo había venido con Yolanda solo para no verme como un imbécil. Sabía que ella estaría aquí con alguien y yo iba a morirme de los celos.— Pues yo no veo a nadie —me dijo ella.Yolanda era nuestra publicista, y de alguna manera, ella y yo nos llevábamos bien. De hecho, hasta hablaba con su esposo de vez en cuando.— Debe estar por allí, o tal vez vendrá después —le dije.Yolanda se acercó a mí, puso su mano en mi hombro y después empezó a reír.— Apuesto mi vida a que si eso llegara a pasar, tú saldrías de aquí muy cabreado — me dijo.Yo aparté su mano y la miré mal.— No te digo na
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40
Mis manos temblaban mientras apretaba el volante, mi corazón palpitaba con fuerza. Estaba vuelta nada, hoy me había terminado de fragmentar, ya no podía vivir así. La vida sigue, pero yo ya no quiero seguir. Llamé a mi psicólogo, ya que él me había pedido que cada vez que me sintiera de esta manera, lo llamara de inmediato.— ¿Estás bien, Grace? —preguntó apenas contestó.Respiré profundo para aclarar mi garganta.— Él tendrá un bebé con otra persona. Siento que no le importó nuestro hijo, lo reemplazó demasiado rápido. ¿Por qué hizo algo así? —le pregunté.— Primero quiero que te calmes. ¿Dónde estás? —me preguntó.Volví a respirar profundamente.— Estoy manejando —le dije.— Detente —me pidió.Detuve el coche de inmediato.— Ahora cuéntame qué sientes —me pidió.Tragué el nudo que tenía en la garganta y empecé a llorar.— Me siento rota. Yo solo quiero ser como antes. ¿Por qué no puedo? ¿Por qué me ha pasado esto a mí? —le pregunté entre lágrimas.— Grace, lo hemos hablado muchas ve
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