Los ansíanos no demoraron en llagar, y Ámbar no se movió de su lugar, pensaba continuar sacando su furia, queria acabar con todo aquello que la había alejado de Park, las costumbres, las normas, esas que lo etiquetaban de bastardo, esas que lo convirtieron en un sirviente de su hermano, o mejor dicho un esclavo, sabía que Loan no era culpable, incluso no lo era el señor Sug, quienes la habían separado de Park eran los ancianos y las leyes que tanto defendían, y ella, pero ya tendría tiempo de castigarse, por ahora, se aseguraría que nadie lastimaría a su hijo. — ¿Qué significa esto? ¿cómo lo han permitido Loan? — uno de los mayores fue quien lo encaro apenas ingresaron en la villa, y por la cantidad de guardias que los acompa&
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