Wilson anunció su llegada con ternura, ayudando a Tete a desmontar de su espalda.―Amor, ya llegamos ―informó, posándola suavemente en el suelo.Tete, preocupada, le preguntó:―¿Te duele la espalda?―No, no pesas tanto ―respondió Wilson con una sonrisa, despejando cualquier preocupación de su parte.―Vamos a comer ―sugirió, guiándola hacia el interior de un acogedor restaurante.Pasaron la velada disfrutando de la comida, compartiendo conversaciones y risas, hasta que la noche los envolvió en su manto oscuro. Luego, Wilson llevó a Tete a su habitación, donde una sorpresa la esperaba. La cama estaba decorada con pétalos de rosas, creando un ambiente romántico y acogedor.Tete se detuvo en seco, con una confesión atorada en la garganta.―Espera, tengo que decirte algo primero, y después decides si aún quieres seguir conmigo ―dijo con seriedad, rompiendo la atmósfera ligera.Wilson la miró, confundido pero atento.―Dime ―respondió, con su voz suave pero firme.― Tengo una gemela ― reveló
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