GonzaloEstaba desesperado, tocaba el timbre y no atendían, de pronto parecía un loco, no despegué el dedo del timbre, hasta que mi padre agarró mi mano, con la otra mano comencé a golpear la puerta y a llamar, a los gritos a Aby, le gritaba que la amaba.Mi padre me miraba, asombrado por mi actitud.No soy un hombre al que puedan manejar, eso se lo dejé bien en claro a mi madre.De pronto se abrió la puerta y una señora que no conocía, me dejó el pasar, yo vislumbre a Aby, me abalancé hacía ella con los brazos abiertos, nos unimos en un sentido abrazo, quería fundirla en mí, para nunca más despegarme de ella.Mis lágrimas caían al igual que las de ella.-Amor.Le dije mientras le buscaba la boca.Necesitaba beber la miel de sus labios y eso porque estábamos acompañados, sino ya la hubiese desnudado y estaríamos haciendo el amor, y no solo era deseo sexual, era mucho más, quería sentirla mía, mía, solo mía y para toda la vida.Estoy enamorado como nunca pensé que podía llegar a estarl
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