•Sara• No sé si estoy loca, o fue un sueño, pero sentí su loción. El calor que emanaba su cuerpo, quería despertar y abrir mis ojos, pero no podía. Siento miedo por lo que pueda pasar, Greta sabe todo y a estas alturas, imagino que tío Manuel también. No sé cómo lo miraré a la cara, al hermano de mi padre. Trato de levantarme, siento un leve mareo, vuelvo a sentarme en la cama. —Caramelo de mi corazón— entra Maikol en la habitación, se acerca y me deja un beso en la coronilla y se coloca en cuclillas frente a mí—, no seré la persona que quieres a tu lado, sin embargo, estaré para ti. Lo siento, por llevar a mi madre, insistió que quería verte y, al final, acepté. Me siento peor al verlo así de mal, él nunca me dañaría a propósito y sé, que no tiene la culpa de todo lo que pasó. —No, adonis—acaricio su mejilla, perdiéndome en sus ojos cafés—, no tengo nada que perdonarte, algún día saldría a la luz y ahora siento miedo. —Yo también, solo dejemos que el barco tomé el curso, que d
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