Las tardes en la cabaña seguían transcurriendo en relativa paz, pero la tensión subyacente entre Alejandro y Lucas era intensa. Ambos sabían que, eventualmente, tendrían que discutir sobre sus sentimientos por Ximena y encontrar una manera de manejar la situación sin que se saliera de control. Aunque intentaban mantener las apariencias, cada mirada, parecía estar cargado de un significado más profundo y a menudo contradictorio.Una noche, después de una cena tranquila, Alejandro y Lucas se encontraron a solas en el porche, mirando el lago en silencio. Las estrellas comenzaban a aparecer en el cielo, reflejándose en el agua tranquila. El ambiente era sereno, pero la tensión entre ellos era palpable. Finalmente, Alejandro rompió el silencio, firme pero calmado.—Lucas, tenemos que hablar sobre Ximena —dijo inquebrantable pero sereno, como si hubiera estado practicando esas palabras en su mente durante días.Lucas asintió, anticipando la conversación que ambos habían estado evitando. Sab
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