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Todos los capítulos de Nunca huirás de mí: Capítulo 31 - Capítulo 37
37 chapters
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 30Gabriel FordNo quiero perderla, no quiero que se aleje de mí y sé que el culpable de que todo esto se haya salido de control soy yo y solamente yo. Sandara mira mi habitación con tanto detenimiento y puedo jurar que sus ojos brillan al ver las pinturas que he creado con mis propias manos colgadas en la pared de mi lugar secreto. Sus brazos rodean su pecho y desde aquí puedo notar como tiembla un poco, camino hasta mi closet en busca de una chamarra que la ayude a combatir el frío de la noche pero en el justo instante en que mi piel hace contacto con la suya me fulmina con la mirada.—¿Me dejarás ir?—niego porque no tengo intención de hacerlo hasta que todo esto termine—Lucrecia pudo haber muerto, Gabriel, tú primo tiene razón, no debiste involucrar a ninguno en esto…—brinca cuando le coloco la chamarra sobre sus hombros—¿Padeces de algún…?—me alejo de ella como cuando un gato ve agua al saber en donde va a parar esta conversación. Al igual que su hermana padezco de un tra
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CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 31Un escalofrío siniestro recorre mi espina dorsal cuando mi piel recibe los labios fríos de Gabriel Ford. Sus ojos se centran sobre mi cuerpo y el deseo de ser poseída por él se hace más fuertes cuando comienza a recorrer cada centímetro de mi ser. Sus manos están calientes mientras que mi intimidad inicia a humedecerse a medida que pasan los segundos.Brinco sobre mi puesto en el justo instante en que mi profesor busca el inicio de mi vestido y lo alza de forma descarada para introducir su mano derecha dentro de mi braga, parpadeo en el instante en el que separa los pliegues de mi vagina para así tocar sin descaro mi clitoris hinchado. Relamo mis labios al recibir el desprendimiento de mis paredes internas por el paso de su dedo en mi interior ya que llevaba algunos días sin tener sexo con él.Mis pechos están duros y redondos y debo controlarme para no volverme loca ahora, su lengua devora mi cuello y debo sostenerme de su espalda para no caer con cada estocada que Gabrie
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CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 32Tiger mira a su primo y es allí cuando Gabriel se da cuenta del cuchillo que sostengo en una de mis manos, la mujer sentada cómodamente encima de sus piernas, me queda mirando por un par de segundos, pero al percatarse de lo que estoy a punto de hacer, intenta rápidamente colocarse en pie pero la empujo con fuerza sobre uno de sus hombros volviéndola a su posición inicial de nuevo, mi novio abre los ojos y sonríe sabiendo que aunque todos me griten que me detenga, no lo voy a hacer.—¿Quién eres…?—suelto con mi voz más espesa de lo habitual, la chica que reconozco como la puta que se acostó con Gabriel el primer día que lo conocí, niega moviéndose como un asqueroso gusano sobre las piernas del hombre que ahora es mío, Lucrecia me toma de la mano pero la aniquilo con la mirada para que pare lo que esté i
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CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 33Gabriel Ford Mis manos comenzaron a temblar al verla caer desplomado al suelo, mis ojos estaban tan pasmados a ver esa horrorosa escena donde por primera vez tuve miedo de perder a alguien, Tiger intentó controlarme cuando agarré salvajemente del brazo a la empleada que le había traído ese té a mi mujer y aunque la hubiese asesinado sin piedad allí mismo con mis propias manos, decidí mejor hacerla sufrir hasta que me dijera quien había solicitado este atroz crimen.Kira le tiró la taza a Lucrecia inmediatamente se dieron cuenta de lo que sucedía y al menos está situación gracias a ello no se había puesto peor, cargué a mi mujer hasta la oficina de Tiger hasta que un médico de la base militar viniera por ella, me arrodillé delante del sofá cómodo donde su fiebre sub&ia
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CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 34Llevo mas de tres horas esperando a que Gabriel y Tiger regresen a la mansión Ford, las chicas toman el sol dentro de una piscina techada y aunque las estoy escuchando reír a carcajadas puedo ver el miedo reflejado en los ojos de mi mejor amiga. Llevamos tantos meses en este lugar que sé que ha comenzado a extrañar a su familia.Bajé la cabeza al recordar todo lo que le he hecho vivir, Lu es como ese pequeño destello de luz que te llega en toda la oscuridad que vive consumiéndote día tras días, es la hermana que a veces siento que no tengo con Dara y aunque mi gemela y yo nos amamos con un amor incondicional en algunas ocasiones esto no nos basta. Me levanto de la silla playera en donde estaba acostada y me doy un chapuzón en el agua intentando organizar mis pensamientos.He estado hablando con Dara por correo electrónico y me he enterado que
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Final
CAPÍTULO 35FinalQuiero pensar y creerme que todo lo que estoy viendo es mentira, Lucrecia, la mujer a la cual vi por tanto tiempo como mi hermana fue la persona que ha estado detrás de todas las cosas horribles que me han estado pasado durante los últimos años de mi vida. Ella convenció a Tine de que lo engañaba con uno de mis compañeros de la universidad y fue por eso que él cambió tanto conmigo al punto de amedantrarme y golpearme para que “Su única oportunidad de obtener poder en España no se le fuese”Me siento herida y tonta a la vez porque no solo he sido engañada por ella si no también por el hombre al cual le entregué mi corazón y hoy me doy cuenta que solo fue una farsa desde la primera vez que vio. Fue al restaurante de mi familia porque sabía que yo estaría en ese lugar
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EPÍLOGO
EPÍLOGO Cinco años después… Me duelen los pies por cada paso que doy hacia el panteón, Dara está a mi lado mientras sonríe para trasmitirme esa fuerza que necesito. Las flores en mis manos se sienten más pesadas que nunca y aunque ya han pasado tantos años veo que sigo sin acostumbrarme a esto. Miguel me dijo que debería de dejar de vinir hasta aquí cada día de su aniversario para conmemorar su muerte porque esto me estaba haciéndolo daño, pero por el amor incondicional que le tuve no puedo dejar hacerlo.Me arrodillo como puedo ya que en mi condición esta clase de posiciones son un poco complicada, cierro los ojos al recordar el día de su muerte y aunque intenté por todos los medios salvarle la vida fue imposible. Mamá me consoló durante los primeros meses de su partida y aunque el tío Ethan y el tío Alex me repetían una y otra vez que nada de esto merecía mis lágrimas, no pude evitar sentir este vacío en mi pecho por su partida.—¿Hasta cuando vas a hacer esto?—miro de soslayo a D
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