CAPÍTULO 32Tiger mira a su primo y es allí cuando Gabriel se da cuenta del cuchillo que sostengo en una de mis manos, la mujer sentada cómodamente encima de sus piernas, me queda mirando por un par de segundos, pero al percatarse de lo que estoy a punto de hacer, intenta rápidamente colocarse en pie pero la empujo con fuerza sobre uno de sus hombros volviéndola a su posición inicial de nuevo, mi novio abre los ojos y sonríe sabiendo que aunque todos me griten que me detenga, no lo voy a hacer.—¿Quién eres…?—suelto con mi voz más espesa de lo habitual, la chica que reconozco como la puta que se acostó con Gabriel el primer día que lo conocí, niega moviéndose como un asqueroso gusano sobre las piernas del hombre que ahora es mío, Lucrecia me toma de la mano pero la aniquilo con la mirada para que pare lo que esté i
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