CAPÍTULO 88: FELICIDAD DOLOROSALlevo todo el día bajo las sábanas y sin ánimos de levantarme. Hay días peores que otros, pero este, sin dudas es el peor en mucho tiempo. Los días transcurren tan lentos como una tortura, no soy capaz de sacar de mi mente a Maxwell. A pesar de que he tratado de mantener mi mente ocupada en la empresa o en Sofía; ayudando a mi madre con la fortuna del abuelo; nada de eso es capaz de hacerme olvidarlo.Sofía inició las clases otra vez, así que al menos durante la mañana estoy completamente sola. No sé si eso es bueno o malo, porque por una parte, me permite demostrar mi verdadero estado de ánimo, pero, por el otro lado, con ella al menos intento sobrellevarlo.Recibo una llamada en mi celular, no tengo demasiados ánimos para contestar, pero acabo haciéndolo solo porque se trata de Kendra.—Hola —saludo sin ánimos.—Han, ¿cómo estás?—Bien, hasta donde cabe, ¿y tú?—Bueno, por eso te llamaba, es que… tengo que contarte algo importante y no sé qué vas a pe
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