MÍA Miro mi reflejo en el espejo, la mujer que está delante de mí, es alguien que jamás pensé en ser, en estos dos meses han pasado demasiadas cosas, una de ellas, es tener a Akisha a mi lado, mi mejor amiga, mi entrenadora personal, gracias a ella, es que he podido saber defenderme, tenía un vago conocimiento debido a las enseñanzas de mi padre cuando era muy pequeña, cosas que en su momento me parecían una pérdida de tiempo, y que ahora sé que son herramientas para mantenerme con vida. Mi vestido largo, color negro, con un escote abierto en forma de corazón, y las joyas italianas que adornan mis orejas, cuello y brazos, me hacen ver como una diosa romana, todo hace contraste con mi tez clara, mi cabello negro, recogido en un moño alto con perlas como broches, y mis ojos delineados, provocando que mi color ámbar, se tiña de amarillo casi fosforescente ante la luz tenue. Por fin llegó el día en el que mi padre, se presentará oficialmente como el líder, el capo de la mafia italian
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