La rubia apenas si podía seguirle el paso a la enloquecida mujer a medida que ella avanzaba tirándola del cabello en dirección hacia las caballerizas, Audrey intentó mantener la calma hasta donde le fue posible, pero tan pronto estuvieron juntas a solas con la compañía de los equinos nada más, la mujer la lanzó al suelo sobre las pacas de heno dispuestas en una esquina.—¡Todo esto es culpa tuya! Te metiste en mi camino, hice todo lo que hice para alejarte y no comprendiste el mensaje, no te diste cuenta de que no te convenía acercarte a Connor, ¡A mí Connor! Ahora todo se ha acabado para mí, pero también para ti. No te dejaré salir ilesa de esto, y tampoco seré tan benévola como lo fuí con mi hermana, ¡Ah, no! A ti te dejaré vivir para que veas lo que pasará con Oliver, y también para que tengas que arrastrar con una existencia llena de desgracia, para cuando esto acabe, desearás que te mate, pero no, querida, no lo haré solo para que sientas en carne propia lo que es perder, y ¡De l
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