El rostro de Rosa reflejaba la sorpresa, pero esa sorpresa bonita, llena de ilusiones. Amaba a Connor como si fuera su hijo, lo había criado, y lo había visto convertirse en quien era. También lo vio sufrir con la desgracia de la muerte de Rachel, y saber que ahora se ilusionaba y enamoraba de nuevo, teniendo la posibilidad de una vida feliz para él y para Oliver, era lo que más había deseado.Abrazó a Connor como lo hubiera hecho una madre, y luego se quedó mirando a Audrey sin saber si podía también abrazarla, pero fue la chica quien la rodeó con sus brazos con toda sinceridad y humildad.— ¡No saben lo feliz que me hacen, Audrey, me alegro mucho por ti, Connor es maravilloso, sé que serás muy feliz a su lado! — Rosa le dijo cuando iban subiendo las escaleras.— No sé si me apresuré, Rosa, pero como te dije, no quería perder m
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